viernes, 12 de enero de 2018

NARCOSIS DE BUCEO Y VARIABILIDAD INDIVIDUAL

NARCOSIS DE BUCEO Y VARIABILIDAD INDIVIDUAL


Creo podríamos considerar , desde un punto de vista del aparato psíquico , que el nitrógeno a determinada presión parcial , impacta en tres esferas ; la sensorial –perceptiva, la cognitiva y la emocional.
Lo primero que hay que decir , es que la situación de inmersión , ya impacta en si mismo en las tres áreas. Esto se produce por el impacto que provoca el paso de superficie a la situación de inmersión; dicho paso connota un cambio sensorial importante , visual y auditivo , que correlaciona con un cambio cognitivo y emocional , dependiente su calidad , de múltiples factores , que serian motivo de otra discusión
En cualquier caso, hay que considerar que la narcosis de nitrógeno , de producirse, impacta ya en una alteración sensorial, cognitiva y emocional previa , probablemente exacerbando la situación de base
Si analizamos las tres áreas, considero que donde se produce mayor concordancia sintomática entre sujetos , es en el area sensorial –perceptiva.
Se sabe que el nitrógeno a determinada presión parcial, se comporta como un depresor del SNC , y ello lleva asociado una disminución del nivel de alerta y atención, así como un enlentecimiento general de la capacidad de reacción.
Sí desde mi punto de vista , cabría hablar de una “narcosis pasiva” y una “narcosis productiva”, especialmente si hablamos de un buzo con un conocimiento adecuado de la narcosis y una estabilidad emocional coyuntural y estructural aceptable 
Creo que la “ narcosis pasiva “ tiene más posibilidades de producirse en un entorno subacuático donde predomine la pobreza de estímulos , cuevas, espacios confinados en general , situaciones de baja visibilidad, situaciones de relativa soledad, etc. ….y llevaría asociadas reacciones básicas de adormecimiento, similar a la que se produce por ejemplo en aquellos momentos que realzamos una tarea que requiere atención pero que acompañamos de una somnolencia intensa.
La “narcosis productiva “ por el contrario , tendría más tendencia a producirse en situaciones , de alta estimulación sensorial ; elevada visibilidad, por presencia de otros buzos que llaman nuestra atención , situaciones “excitantes , con un paisaje florido , en flora y/ o fauna, y puede desencadenar el clásico comportamiento “extraño” , que a veces se cita en este tipo de situaciones ( quitarse el regulador, confundir al compañero, comportamientos , movimientos no adaptados a la situación , conductas imprudentes…
Quizás las áreas donde mayor variabilidad se produce es en el área cognitiva, y sobretodo en el área de las emociones, ambas íntimamente relacionadas.
La variabilidad de pensamientos que se suceden en la mente del buzo en una situación de narcosis , es muy dependiente de las “fantasías “ previas asociadas.
La cuestión sugestiva juega un papel muy relevante y de ahí, y muy en concordancia con Bárbara , es necesario un conocimiento preciso del fenómeno fisiológico , alejado de la idealización , la trivialización pero también el dramatismo.
En referencia a las emociones, debemos considerar que todo ser humano es un cúmulo de emociones, provocadas por su experiencia cotidiana , y que finalmente y en interacción con su personalidad le provocan un estado de ánimo determinado.
La mayoría de estas emociones , interaccionan con la conciencia , sin mayores problemas , especialmente si no son emociones perturbadoras o desagradables.
Por otra parte alguna de estas emociones desagradables o disruptivas , están contenidas , y el ser humano , utiliza determinas formas de elaborarlas( sino son muy intensas) de diferente manera ... hablando, racionalizándolas a través del pensamiento, a través de actividades, deporte, el propio buceo etc, pudiendo darle salida de una manera digerible 
Me quisiera detener en el concepto “contenidas”. Considero que determinados estados emocionales , sean por intensamente disruptivos o desagradables, sea por determinadas características de personalidad que lo propician , permanecen por decirlo de alguna manera “reprimidos” si bien podemos tener cierta conciencia de su existencia . 
Esta “represión “ si bien estamos hablando de una cuestión psicológica, considero tiene una base fisiológica de soporte . En cierta manera , el aparato psíquico , tendría como una “red”, que permite filtrar las emociones en una cantidad y calidad asumible para el sujeto.
La amplitud de las “rejillas “, seria muy variable, dependiendo de la permeabilidad emocional y tolerancia a la frustración y al dolor psíquico de cada persona.
Dicho esto y al punto donde quería llegar , es que en un estado narcótico, es probable , que esta “red defensiva” se desestructure, y permita acceder a la conciencia y de golpe, determinadas emociones reprimidas. 
En condiciones normales esto no debería suponer un problema . Pero si nos encontramos con una persona en un estado coyuntural emocional negativo, o un buzo con cierta tendencia a la neurosis, esta situación puede suponer tener que enfrentarse a emociones intensas , que rápidamente pueden transformarse en ansiedad, sentimientos depresivos, actitudes de temor intenso, creando una situación de riesgo inminente y especialmente de riesgo de estableces un vínculo negativo con la situación de buceo de que se perpetúe en el tiempo
En definitiva, creo que queda mucho por aprender sobre todos los aspectos emocionales que rodean nuestra actividad , y máxime en fenómenos tan peculiares y porque no decirlo fascinantes como la narcosis por nitrógeno

Ansiedad en buceo : Experiencias traumáticas Vs Fallos del desarrollo

Ansiedad en buceo : Experiencias traumáticas Vs Fallos del desarrollo

La ansiedad que podemos sentir en determinados momentos cuando buceamos , dentro de unos parámetros contenidos puede ser tolerable , e incluso positiva al desencadenar una serie de procesos psicológicos y fisiológicos que nos facilitan el nivel de atención necesaria para afrontar situaciones más o menos complejas , que así lo pueden requerir.

Sin embargo , la ansiedad se convierte para algunos buzos un acompañante incómodo, casi insoportable, y que además de ponerle en riesgo , amenaza con superarle y obligarle , bien a abandonar la actividad o en cualquier caso limitarla de manera importante.

Pero , vayamos a lo importante ; para poder afrontar la ansiedad , lo primero que debemos conocer es su origen , el foco que la genera.

En este sentido ,hay mucho publicado al respecto en mi blog, y no quisiera repetirme, pero me gustaría diferenciar hoy entre la ansiedad generada por fallos del desarrollo en nuestra formación y la ansiedad generada por experiencias traumáticas dentro y también fuera del agua ; ambos términos son utilizados en psicología para identificar el origen de determinados síntomas neuróticos y proponer un enfoque para su resolución, y creo pueden ser adecuados para encontrar un paralelismo en el buceo.

Por “Fallos del desarrollo”, entiendo todos aquellos aspectos que no quedaron bien resueltos , en nuestro proceso formativo, sea en el principio o en los sucesivas saltos de nivel que vamos teniendo.

En este sentido , toda situación nueva que afrontamos , nos generará un nivel de ansiedad , en principio normal; si obtenemos los recursos técnicos y la contención emocional adecuada , eso no debe suponer ningún problema y dicha ansiedad irá desapareciendo en la medida en que vayamos adquiriendo destreza y confianza.

Por situaciones nuevas , me refiero a los saltos de nivel de profundidad, cuando empezamos en espacios confinados, curso de cuevas, etc …y una situación más ansiógena de lo que parece, que es el momento en que empezamos a hacernos cargo de otros buzos, sea guiándolos , formándolos, o simplemente asumiendo la responsabilidad de una inmersión determinada.

En general , los fallos del desarrollo, sino son muy importantes , nos pueden permitir seguir con la actividad, pero siempre tendremos un punto débil que nos hará vulnerables. Por poner un ejemplo; hay buzos con claras dificultades en el ejercicio de vaciado y/o navegación sin mascara. 

En su curso de OWD, pudieron superar dicho ejercicio de manera deficiente o incluso pudo darse el caso, de que su instructor tuviera manga ancha al respecto. Esa persona podrá bucear con relativa normalidad, pero el día que tenga un incidente que ponga en evidencia sus dificultades al respecto, puede sufrir un episodio de ansiedad , puntual, pero también puede fijarse de forma estable a la actividad.

Otro caso diferente , puede ser por ejemplo , el buzo que empieza a gestionar grupos sin recibir la formación adecuada, y que le conllevara un punto de estrés cada vez que se encuentre en esa situación y que fácilmente puede derivar en ansiedad excesiva con el consiguiente caos que puede ocasionar en el grupo.

Cuando alguien ha sufrido un episodio de ansiedad excesiva, que queda fijada a la actividad del buceo, y esto tiene que ver con “fallos del desarrollo” mi recomendación es retroceder al punto donde se produjo ese fallo y “resetearse “,esta vez de forma adecuada…; es decir el buzo con problemas con la mascara , aunque lleve 200 inmersiones, debería volver con un formador adecuado a interiorizar dicho ejercicio de forma correcta, y a en términos generales , adquirir de nuevo confianza en si mismo y en su capacitación como buzo en entornos seguros , antes de volver al nivel de inmersiones que creía tener.

En otras ocasiones , los problemas de ansiedad pueden tener su origen en lo que denominaría “Experiencias traumáticas”. Evidentemente uno puede tener una experiencia traumática por un déficit formativo, pero no necesariamente. Buzos que han perdido compañeros, situaciones accidentales , estar a la deriva unas horas, fallos de del equipo, etc pueden derivar en vincular un estado de ansiedad a la situación de buceo , que en caso de enquistarse puede comprometer seriamente el normal desarrollo de la misma.

Hay otra situación posible y que me he encontrado con cierta frecuencia , como es trasladar experiencias traumáticas en la vida cotidiana a la situación de buceo . Podemos estar viviendo una situación difícil; duelos de distinta índole, problemas laborales, crisis personales, o situaciones traumáticas de cualquier tipo, pueden estar negadas emocionalmente , en nuestro día a día y explosionar en forma de crisis de ansiedad en la situación de inmersión, por las especiales características que tiene estar debajo del agua (cierta deprivación sensorial, desconexión de los problemas de superficie, pero también de las defensas contra la ansiedad , etc). 

La persona vive la crisis como algo extraño, sin conseguir vincularla a sus problemas cotidianos. Si esta situación se alarga, puede entrar en un circulo vicioso , desarrollar una actitud fóbica ante el buceo, pudiendo realizar una actividad , que le apasiona , pero siempre en un estado de alerta y ansiedad intensa que sino soluciona provocaran el progresivo alejamiento.

Si bien siempre después de una crisis es recomendable un paso atrás en nuestro nivel para recuperar la confianza, en este caso solucionar el problema pasa por tomar conciencia del origen real del mismo y para ello a veces se requiere de ayuda profesional.

En cualquier caso , uno de los matices importantes de esta distinción estriba , en que cuando la ansiedad se produce por un “fallo en el desarrollo”, el submarinista puede generalmente bucear de manera confortable, mientras no se exponga a la situación donde se pone de manifiesto dicho déficit. Si la ansiedad se produce por una experiencia traumática , la ansiedad suele ser más generalizada al contexto de inmersión en si mismo.

En muchas ocasiones , la ausencia de un diagnóstico ajustado al foco y origen de la ansiedad, ocasiona que las soluciones que se aplican sean inadecuadas y por lo tanto estériles en la solución del problema.

Un mismo síntoma , puede obedecer a diferentes causas debe tratarse de forma individualizada , por más que puedan coincidir algunas de las soluciones aplicadas.

martes, 1 de octubre de 2013

Transtornos de ansiedad en submarinistas veteranos






Ansiedad en submarinistas en veteranos

Solemos vincular la ansiedad a buceadores noveles y en periodo de formación.
Sin embargo la ansiedad puede aparecer e instalarse de forma permanente  en buzos con cierto nivel de experiencia , siendo en este caso más difícil de detectar y resolver por la resistencia y extrañeza que genera en el submarinista y su dificultad de aceptar una situación que creía ya superada y asociada a un  nivel inferior al suyo

Habitualmente la ansiedad se ha relacionado con submarinistas noveles y muy especialmente en proceso de aprendizaje. Esto aunque suele ser así , no es del todo exacto, de hecho hay personas que aprenden y se adaptan al mundo subacuático sin problemas de estrés, más allá de los derivados del propio proceso de aprendizaje.
Sin embargo, el motivo de este artículo se centra en las situaciones donde la ansiedad se genera en submarinistas con cierta experiencia ; lo que podríamos considerar buzos veteranos de distinto nivel..
En general cuando esto ocurre, se genera extrañeza, rechazo y baja aceptación por parte del buzo, que siente que dicha ansiedad que le dificulta sus inmersiones, no se corresponde con su trayectoria y nivel   de experiencia. …Y es más , puede no aceptarlo, hasta que la ansiedad se torna tan intensa que casi le impide bucear con normalidad, negándola a través de diversos mecanismos de defensa psicológicos  ,tales como darle un talante de normalidad a su malestar  , vincular su estado a diversos factores poco ajustados a la realidad como la narcosis , escondiéndose detrás de una cámara, iniciando una carrera formativa, buscando protección emocional en la supuesta perfección técnica  como garantía de seguridad o fantaseando   la protección psicológica de un título, como por ejemplo Rescue, Dive Master o Instructor, o incluso formación en buceo técnico.
Considero que es la ansiedad y no una autentica vocación formativa , es lo que en algunos caso lleva al buzo a una inversión económica y de esfuerzo en formación  innecesaria para su tipo de inmersiones.
Finalmente la no aceptación del problema lleva al enquistamiento y retroalimentación de la ansiedad.
Repetidas situaciones de ansiedad aunque sea leve, genera un vínculo buceo-ansiedad , que finalmente cuesta romper y acaba limitando sino haciendo abandonar la actividad
Solo la aceptación de la génesis como un problema emocional puede llevar a la resolución del mismo y no a una búsqueda desaforada de soluciones que finalmente acaban en fracaso.

Definición de buzo veterano

Creo es importante ,antes de seguir , definir que entiendo por buzo veterano, para concretar el objeto de este artículo. Me estoy refiriendo a un buzo con un cierto número de inmersiones (que no me atrevo a cuantificar) , realizados en un tiempo no excesivamente dilatado. Es un buzo que ha automatizado la técnica de buceo  , es decir sabe como manejarse en el agua sin necesidad de pensar en como hacer las cosas básicas, manejo de la flotabilidad, aleteo, respiración, etc ….se que es una definición arbitraria pero puede servir como referencia.
Para empezar hay que diferenciar  entre buzos veteranos que nunca han superado del todo su ansiedad inicial, aunque hayan desarrollado estrategias de control, y lo que sufren es una intensificación por la causa que sea, y buzos , que habiendo podido realizar sus buceos con comodidad durante un tiempo más o menos largo ( a veces años y cientos de inmersiones) de repente o de forma progresiva se ven invadidos de emociones ansiógenas que le dificultad bucear de forma confortable , llegando a cuestionar incluso su continuidad

Buzos con ansiedad primaria no superada

Existen buzos, que nunca llegan a superar la ansiedad primaria, aquella tensión previa a  la inmersión, que incluso puede aparecer días antes una vez se planifica la salida.
Suelen ser personas con algún núcleo  fóbico u obsesivo, que les permite en superficie  hacer vida absolutamente normal , pero que el buceo por sus características  potencia,  generando ansiedad como señal de peligro.
En este tipo de personas si la ansiedad no es excesivamente limitante (estamos hablando de personas absolutamente normales desde el punto de vista de su equilibrio y adaptación) pueden  a través de diversas estrategias  acumular inmersiones con relativa comodidad.
Pueden tener la sensación de que en cada inmersión se enfrentan a  algún peligro ( en definitiva sus propios miedos interiores o a perder el control), cobrando aquí el buceo una dimensión de auto superación que  gratifica  emocionalmente al buzo después de cada inmersión, pero también físicamente por la relajación  alivio y bienestar orgánico que se produce después de superar una tensión ansiógena transitoria.
Sin embargo superar la situación al tener ésta una base neurótica  , no  produce una aprendizaje por experiencia y la situación se perpetua así en el tiempo 
Puede verse también en buzos que consideran el buceo una actividad irracionalmente peligrosa , y  que elevan hasta el paroxismo la seguridad haciendo de esta última un fin en si mismo y no un medio  para poder disfrutar de forma confortable.
Pueden mostrarse como personas muy metódicas que utilizan determinados recursos obsesivos como forma de defensa contra la ansiedad; bucear siempre en entornos conocidos que ofrezcan seguridad, bucear literalmente enganchados al compañero , que debe ser necesariamente conocido, seguir determinados rituales de cara a incrementar la seguridad , pero basados en una exageración de los riesgo,  a veces potenciados en determinadas organizaciones, que promueven su obsesiva forma de bucear como la única forma posible de hacer bien las cosas.

Ansiedad en buceadores intermitentes

Otro caso bastante frecuente de ansiedad en buzos con cierto nivel de experiencia , es la que se produce en el que podríamos denominar buzo “intermitente “es decir aquel que a pesar de llevar años en el buceo pasa largas temporadas sin  hacerlo, buceando solo en vacaciones, época estiva…en viajes.
He podido observar como buzos de gran experiencia , si por alguna circunstancia pasan un tiempo elevado sin bucear , requieren de un periodo de adaptación psicológica para recuperar la confianza, que por otra parte suelen realizar sin mayores problemas.
 Sin embargo , algunos buzos , aun con menos experiencia , no asumen esa necesidad de acomodación tras un periodo sin bucear , pensando que su capacidad técnica, que una vez aprendida no se pierde, es suficiente garantía para mantener  el nivel que se tenia meses atrás, teniendo una imagen de ellos predeterminada en un  momento de buceo asiduo y que les permitía acceder a determinadas situaciones . Pero no ajustada  al momento explicito en que se reinicia la actividad.
Tras un periodo largo si bucear plantear situaciones de buceo exigentes puede determinar la aparición de un estado de ansiedad intensa, debido a que  una parte de nuestro cerebro puede haber “olvidado” que es una situación donde podemos manejarnos con seguridad.
En el submarinismo, debemos estas constantemente adaptándonos a un entorno que no es nuestro medio habitual y la sostenibilidad de dicha adaptación requiere de continuidad.

Ansiedad secundaria en el buzo veterano (en situaciones superadas mucho tiempo atrás)

Quizás el caso más paradigmático de  este artículo, y el más llamativo también sea el de situaciones de ansiedad en buzos con mucha experiencia, que bucean con continuidad y en situaciones a veces muy asequibles para el nivel del submarinista que la padece.
Esta situación suele causar una fuerte de sensación de extrañeza y rechazo en el buzo. En algunos de estos casos he podido observar  diferentes aspectos como génesis del trastorno; la primera es el hecho de que cuando una persona se encuentra en una situación de estrés vital,(separaciones, pérdidas, problemas laborales, etc) el riesgo de impacto negativo en el buceo es elevado.
Si la persona toma conciencia de su situación vital y utiliza el buceo como forma de desconexión puede ser positivo, pero en algunas ocasiones podemos no ser conscientes del impacto emocional negativo de la situación que se está viviendo y dicho impacto emerger de forma abrupta en ansiedad en plena inmersión debido a los diferentes procesos fisiológicos y psicológicos que se producen en el buceo,
La persona lábil emocionalmente en estos momentos , pude acabar vinculando  de una forma consciente o inconsciente  el estado de estrés al buceo y no a la situación real que lo provoca , generando un círculo de retroalimentación difícil de romper una vez se instala , incluso aunque la causa original se resuelva.
Otra posibilidad es que la persona  pueda ser afectada por alguna situación que reactive determinados núcleos neuróticos latentes hasta el  momento.
Puede darse alguna circunstancia que actúe como estímulo traumático y desencadene un trastorno de ansiedad, más o menos intenso( una experiencia agobiante en una cueva, un mar agitado que nos hace pasar un mal rato, una mala experiencia con una compañero…etc. Una mala experiencia puede quedar en mera anécdota , pero una mala experiencia mal elaborada y/o que resuenen en algún rasgo neurótico de nuestra personalidad (que por otra parte todos tenemos) puede acabar derivando en un trastorno de ansiedad en el buceo.

Conclusiones

Los problemas de ansiedad en buceo no es una cuestión únicamente de submarinistas noveles. Un submarinista veterano puede por diversas circunstancias verse envuelto en ellos y estar en la tesitura de tener que enfrentarse y superarlos con los recurso que le da su veteranía, pero que a veces pueden no ser suficientes. Aceptar la situación sin traumas y entender la génesis del problema es el camino para una resolución completa y duradera.

viernes, 15 de febrero de 2013

Situaciones de conflicto en buceo técnico


Situaciones de conflicto en el  Buceo técnico
Entradilla
El buceo técnico, tanto a nivel teórico como práctico, requiere de una alta especialización y conocimientos para poder realizarse con la adecuada seguridad.
El volumen de buzos que se orientan hacia este tipo de buceo así como la oferta de cursos se  incrementa de forma exponencial.
Sin embargo, el crecimiento del mercado de buceo técnico, ha llevado la aparición de no pocas situaciones de conflicto entre diferentes organizaciones, grupos o buzos a título individual, debido a la falta de acuerdo en el análisis de los diferentes aspectos implicados; técnica, procedimientos, materiales….Solo el  consenso de los diferentes grupos y organizaciones y el mutuo enriquecimiento, pueden llevar a un crecimiento constructivo de un tipo de buceo fascinante.

Artículo
De un tiempo a esta parte, han proliferado los buzos que orientan su formación hacia el buceo técnico, por todos sabido, un tipo de buceo de mayor complejidad, tanto en el perfil de inmersiones, que se realizan, como en los procedimientos utilizados.
En este sentido, en muchas ocasiones se extreman las situaciones  de buceo tanto considerando el perfil de inmersión como el aspecto  fisiológico y se requiere de un amplio conocimiento y formación para no poner en riesgo la seguridad del buzo.
Para ello es importante la colaboración entre los diferentes estamentos implicados, tanto en lo referente a técnica, materiales  a utilizar o aspectos estrictamente de impacto  fisiológico o psicológico de las complejas  situaciones de buceo que se producen .Dicha colaboración cuando se produce es altamente enriquecedora para todos los participantes.
Sin embargo, en ocasiones de producen importantes discrepancias, entre diversas escuelas, modos de enseñanza, grupos de buzos aglutinado en torno a un líder o “gurú” o simples buzos de forma individual  frente a otros , donde lejos de generarse un debate constructivo,  se producen situaciones de confrontación y defensa agresiva de las propias posiciones.
Las causas que conllevan estas situaciones , pueden obedecer a los siguientes aspectos.
1. Ausencia de un concepto claro de buceo y buceador  técnico
La generalización de los cursos de buceo técnico, ha conllevado cierta “perversión” de un tipo de buceo, reservado con anterioridad  a unos pocos. Así en ocasiones cuesta encontrar un concepto claro de buceador y buceo técnico atendiendo a las diferentes escuelas que ofertan formación en la actualidad. Sé que parecen preguntas de respuesta fácil y desde luego no es difícil encontrar múltiples y completas  definiciones teóricas, , pero no lo es tanto cuando observas determinadas opiniones y a la definición se añade las diferentes visiones del buceo que cada persona u organización pueden tener .
Otras de las dificultades conceptuales es la de establecer un consenso entre lo  que delimita la diferencia el buceo técnico del buceo deportivo; ¿es un perfil de inmersión?; ¿es una determinada configuración?.....en este sentido ¿es una inmersión a 60 metros con aire y monobotella buceo técnico? ; ¿y una inmersión a 30 metros con bibotella , helio  y configuración técnica?.
 Así un buzo técnico pude decirte que a 60 metros efectivamente es una inmersión técnica que con aire y configuración deportiva es casi un suicidio, y para otro puede ser una inmersión accesible y opinar que bucear con mezclas y configuración técnica a 30 metros una sofisticación innecesaria.
Por otra parte, como se define un buceador técnico; ¿está más preparado para esos 60 metros un buzo con 80 inmersiones y un curso técnico o uno con 1000 sin esa preparación? . Hay en la actualidad cierta tendencia a confundir el hábito con el monje.
Estos dos aspectos, y las posturas que de ello se derivan son no poca fuente de conflicto, en muchas ocasiones por la rigidez de las posturas de alguna de las partes.
2. Diferentes motivaciones y perfiles-
Otro de los focos de conflicto se produce por la diferente motivación de acceso al buceo técnico.
En este sentido aparecen los siguientes perfiles.
El buzo técnico profesional: Es un buzo que accede a dicho estadío de formación y tipo de buceo por necesidades profesionales; suele ser una persona de alta formación teórica y práctica y normalmente de mente abierta y positiva.
El buzo técnico por evolución: Es un buzo, que generalmente ha llegado al buceo técnico, tras años en el submarinismo .Se le han ido generando nuevas necesidades, de las cuales ha ido encontrando respuesta en un segmento más ajustado a sus necesidades. En general, posee gran experiencia  práctica, y algo menor teórica. No es alguien especialmente orientado a discusiones teorico-científicas, si bien posee, los conocimientos suficientes para el desarrollo de la actividad y suele estar generalmente muy bien formado en todo lo referente a técnica y materiales desde un punto de vista práctico.
El buzo técnico-teórico: Son personas fascinadas, por toda la parafernalia científica que rodea el buceo técnico. Están al día de las últimas teorías sobre descompresión, el funcionamiento del modelo más avanzado de Rebreather , o la opinión del líder de turno  o “gurú” de la escuela a la que están adheridos. Sin embargo pueden poseer escasos buceos, incluso en el perfil deportivo. Esto conlleva dos aspectos .La elevada formación teórica que poseen, les otorga cierta superioridad en los debates, muchas veces públicos en foros  y blogs de internet, generalmente de grueso contenido semántico, que puede provocar cierta indefensión en buzos técnicos de menor bagaje intelectual o interés científico pero de mucha más experiencia..
Pero su escasa experiencia en buceo real,  les hace ser rígidos en  los debates, al desconocer la aplicación práctica de sus conocimientos, y la variabilidad que se produce según cada persona. En cualquier caso, disfrutan planificando mezclas, configuraciones, siempre con el material recomendado por los expertos, más que de las escasa inmersiones que realizan.
El buzo técnico de prestigio- Es una persona deslumbrada por el prestigio que supone proporciona el segmento de buceo técnico. Suele ser una persona con poca experiencia y formación cuando accede a dicho segmento y por lo tanto con los conceptos poco consolidados, que le pueden llevar a cometer algunos errores. En general este tipo de buzo se suele aglutinar en torno a un líder, escuela o concepto de buzo que siente le da seguridad y prestigio, aludiendo en la defensa de sus ideas a dichos estamentos, más que a su propio criterio.
El buzo técnico ansioso-Es un buzo más común de lo que pueda parecer y que he tenido oportunidad de  conocer en más de una ocasión. Se trata de un buzo, que no ha conseguido superar la ansiedad primaria que le produce el buceo. Ha tenido diversos episodios de ansiedad que ha tratado de racionalizar, sin asumir la génesis real del problema .Para combatir sus temores de carácter fóbico ha iniciado una carrera formativa acelerada, bien hacia la formación como instructor, bien como buceador técnico. Pueden asumir riesgo, incluso en las inmersiones formativas, ya que se ponen en situaciones donde no están psicológicamente preparados. En general acaban espaciando sus inmersiones, y abandonando el buceo o buceando de forma muy escasa.
En un segmento, el buceo técnico, con personas de motivaciones y formación tan diferente donde hay tantos conceptos a debatir y donde todos pueden sentirse, expertos, no es extraño que puedan producirse, discusiones y debates de difícil resolución.
3. Muchos aspectos  por definir
Dentro de los complejos conceptos que se debaten, dentro del buceo técnico, aparecen tres tipos de temáticas; las que están claramente evidenciadas, por experiencia en otros sectores de actividad, como la medicina por ejemplo; aquellas de la que existe suficiente experiencia como para concluir ciertas consideraciones, y aquellas otras donde nos movemos en el ámbito de la conjetura, y la experiencia individual.
En buceo, especialmente en aspectos fisiológicos, no existe una gran inversión en investigación por aspectos económicos, como pueda existir en otros sectores. Tampoco en el aspecto técnico existe en ocasiones consenso, ni ninguna investigación científicamente contrastada que muestre la superioridad de determinada configuración, forma de buceo, o técnica sobre otra desde el punto de vista de la seguridad. En este sentido choca que se pueda defender   la opinión propia o de determinada escuela, no como una hipótesis razonable sino como si fuera una verdad incuestionable. En el  momento que chocan dos “verdades incuestionables” se produce el conflicto. Hay que considerar que el submarinismo es una actividad dinámica donde los conceptos están en constante evolución, y el buceo técnico es clara expresión de ello.
4-Ausencia de apoyo oficial
No existe en la actualidad ninguna federación ni estamento oficial que apoye el buceo técnico, quedando en general la cuestión en manos de entidades u organizaciones  privadas con sus propias ideas e intereses , muchas veces contrapuestos entre sí.
No es de extrañar pues que se produzcan disparidad de criterios, no solo por la diferente visión que puede tenerse en base a la propia experiencia acumulada, sino también por el choque de los legítimos intereses de cada organización.
5-Importancia de la hazaña
Quizás uno de los focos de conflicto más importante es la relevancia que se le da al aspecto competitivo. Cobra importancia quien bajó más hondo, hizo la penetración en cueva más profunda o se maneja mejor con el último Rebreather. Pierde sentido, el verdadero fin del buceo no profesional; disfrutar de las inmersiones, y lo gana el conseguir la mayor de las hazañas y ser admirado por la comunidad del buceo. Aparecen en este sentido situaciones de franca insolidaridad, algo contrapuesto totalmente al ámbito deportivo en general y del buceo en particular.
Ello se produce en el marco de relaciones fálicas en el sentido Freudiano de la palabra, donde el grupo cercano es considerado portador de todo tipo de virtudes  y el resto rivales a los que hay  superar y en ocasiones aniquilar desde un punto de vista psicológico como por ejemplo desprestigiándolos, negándoles sus logros o desacreditándolos en foros públicos
Conclusión
El buceo técnico requiere de una profunda reflexión por parte de las organizaciones y buzos que se dedican, desde el cual se pueda generar un debate abierto , poniendo en común y debatiendo los diferente conceptos y limando diferencias , generalmente absurdas y basadas, en el narcisismo personal .



Solo de esta forma se podrá avanzar de manera consistente y asumir nuevos retos en un mundo aún por descu

lunes, 10 de diciembre de 2012

Psicodiagnóstico de la ansiedad en el buceo


El submarinismo es una actividad deportiva lúdica que proporciona elevado disfrute a quien la práctica. Sin embargo al enfrentar a la persona a retos y situaciones desconocidas, en muchas ocasiones genera ansiedad, que muchas veces conlleva no poder disfrutar plenamente de la actividad e incluso está en la base de muchos accidentes. Conocer cual es el origen  y el impacto específico en cada persona puede ayudar a un mejor abordaje.

Ansiedad y buceo van de la mano, especialmente  cuando la persona se inicia en la actividad  por enfrentarse a algo desconocido. Sin embargo el tránsito y desarrollo de la ansiedad en cada persona es diferente y depende tanto de factores endógenos (rasgos de personalidad) , como exógenos (factores  de la realidad ambiental) .
El artículo pone de manifiesto como influyen ambos aspectos, especialmente los referentes a la personalidad del submarinista, en la cantidad y cualidad de la ansiedad, en las situaciones de inmersión

PUNTO DE PARTIDA
En los últimos años se ha incrementado significativamente el número de personas que se incorporan a la actividad de submarinismo.
Ello ha conllevado una popularización  de la actividad, acompañado de un fuerte crecimiento de mercado, que ha bajado los niveles de exigencia, convirtiéndose en una actividad al alcance de casi todos. Esta circunstancia ha ocasionado la necesidad de avanzar en el estudio del impacto del submarinismo en el ser humano.
Sin embargo en la actualidad existe clara disonancia entre:
El estudio de los aspectos fisiológicos del buceo: Se ha avanzado en el estudios del impacto fisiológico del buceo en el organismo, habiendo quedado claras, las limitaciones e incompatibilidades  para la actividad,  creándose incluso unidades de medicina subacuatica e hiperbárica, si bien no con la extensión que se requeriría
El estudio de los aspectos psicológicos del buceo: Se ha avanzado muy poco en el análisis  del impacto emocional del submarinismo en el ser humano, especialmente   en lo referente, al impacto según los diferentes rasgos de personalidad.
Los conceptos que se desarrollan son  muy básicos, y aunque los profesionales suelen actuar de forma correcta, lo hacen comúnmente de forma intuitiva, sin un criterio conceptual de base, y sin aprovechar los “insighs” experienciales para generar aprendizaje por experiencia.
Pero lo cierto es que la situación de inmersión, conlleva un fuerte impacto emocional en la persona; es una actividad contranatura que requiere de un periodo de adaptación más o menos prolongado según cada individuo.
Así, puede decirse que  ansiedad y submarinismo caminan de la mano especialmente en sus inicios, por ser una actividad en si misma desconocida y que genera la tensión lógica de enfrentarse a situaciones nuevas que no controlamos y nos sitúan en un estatus de dependencia (de un equipo de buceo, de un guía  instructor, de unas condiciones medioambientales, etc.);también por ser una actividad con determinadas peculiaridades que potencian que afloren miedos y temores muy comunes en el ser humano y también por supuesto por la  fisiología del submarinismo, donde en determinadas condiciones  se pueden desencadenar y potenciar situaciones de ansiedad y pánico por el propio impacto de los gases en los tejidos.
No obstante, hay que empezar a  tener muy en cuenta que el submarinismo impacta psicológicamente de forma diferencial en cada persona. Para algunos la ansiedad se convierte en un verdadero problema, qué o bien les impide disfrutar con plenitud o bien les lleva al abandono de la actividad, mientras que otros superan la situación sin problemas y desarrollan la actividad a pleno disfrute. Poder diferenciar mejor a cada persona, en  sus reacciones y problemas  de ansiedad y estrés  puede ayudar a mejorar el abordaje diferencial de los mismos y reducir  la sensación de displacer , previniendo abandonos y accidentes
Finalmente creo conveniente reseñar que igual que fisiológicamente el submarinismo marca limitaciones para algunas personas, lo mismo debiera ocurrir psicológicamente hablando. Debería realizarse un calibraje más certero de las limitaciones emocionales de cada submarinista, según tipo de inmersión y condiciones de buceo.
En relación a la ansiedad y el pánico, se pueden definir 3 estados emocionales : ansiedad positiva, negativa y pánico.
La ansiedad positiva, puede considerarse normal, suele además ser necesaria para el correcto desarrollo de actividades que requieren atención. Un nivel de ansiedad adecuado, moviliza y prepara a la persona para la acción activando la búsqueda de recursos.
La ansiedad negativa puede definirse como un estado vivencial desagradable que integra aspectos fisiológicos, cognitivos y conductuales y que se caracteriza por se un estado de activación generalizada. Dicho tipo de ansiedad activa el instinto de supervivencia, y provoca conductas dirigidas por dicho instinto, con lo cual interfiere sobremanera en el desarrollo de la actividad. Puede aparecer ya desde el principio, donde submarinistas en formación o ya titulados inicien la actividad con un nivel elevado de ansiedad , quedando en riesgo de ante cualquier eventualidad, por mínima que sea de hacer un ataque de pánico.
También puede transitarse desde un estado de ansiedad normal por la presencia de desencadenantes y/o la incorrecta interpretación de las sensaciones que la persona va teniendo en el transcurso de la inmersión; Por ejemplo: Opresión en el pecho del neopreno decodificado como síntoma de infarto, dificultad de mantener el ritmo respiratorio decodificado como que el regulador no da el flujo de aire adecuado, sensación de narcosis como síntoma de mareo, pérdida del control e inminente desvanecimiento…y así múltiples circunstancias, tantas como la persona sea capaz de imaginar.
El pánico por su parte, es una respuesta prefijada de huida , presente en la naturaleza y que tiene una expresión  específica en el ser humano.
Dependiendo de la situación puede desencadenarse un pánico pasivo o pánico activo. El pánico en su expresión pasiva  se expresa como una reacción catatónica , que recuerda al retraimiento fetal. La persona queda inmóvil y sin capacidad de reacción. Ello tiene que ver con comportamientos presentes en la naturaleza donde hay determinados animales que reaccionan ante situaciones de amenaza mimetizándose con el ambiente.
El pánico activo por su parte, es una situación de huida descontrolada, que recuerda al comportamiento de un bebe buscando el pezón de la madre de forma desesperada .
Es curioso observar como en estas situaciones la persona actúa en ocasiones de forma que atenta a su propia vida expulsando el regulador de la boca en su caótica huida  hacia la superficie.
En cualquier caso, el pánico desencadena determinados fenómenos neuróquimicos , con afloración masiva de adrenalina y pérdida de memoria, al quedar el organismo muy centrado en conductas muy primitivas. La persona al entrar en pánico pasa a imaginar que su vida está en peligro y desencadena conductas de defensa ante ello..

En ocasiones la ansiedad intensa y el pánico pueden confundirse. Es conveniente diferenciar que se trata de 2 procesos cualitativamente diferenciados.
Hay una diferencia fácil de reconocer .Si la persona recuerda  el episodio de pánico es que no es pánico, ya que en dicha situación hay perdida de memoria.
Como máximo la persona recuerda pasajes oníricos del tipo “ver pasar toda tu vida en un segundo”. De hecho ocurre así ya que al igual que los sueños , la situación construida se produce en un flash en milésimas de segundo que posteriormente la persona organiza y reconstruye en una historia.
Desde el punto de vista del comportamiento hay otra diferenciación; en ansiedad negativa , aunque sea intensa , hay cierta coordinación de movimientos, la persona lucha por su supervivencia, puede arrancar el regulador del compañero para ponérselo el, agredir si considera que el otro interfiere en su salida a superficie, etc., mientras que en  el pánico, hay un bloqueo mayor, quedando la persona fijada en un estado catatónico , agarrando al compañero , habiendo expulsado el regulador y sin atender a la oferta de ayuda de nadie o bien iniciando una huida absolutamente caótica y descontrolada a superficie, pudiendo llegar a perder el conocimiento en el trayecto yendo al fondo y ahogándose sin posibilidad de reacción.
Hay un tercer aspecto. La persona que ha vivido una situación de ansiedad intensa, puede volver con ayuda a bucear e incluso superar la situación. Cuando se ha producido un ataque de pánico es muy difícil que la persona vuelva a bucear.
En cualquier caso y  en referencia al pánico, hay que considerar que todo el mundo puede tener un ataque de pánico en determinadas condiciones, al ser una respuesta prefijada en el ser humano y que es esencial conocer nuestros propios límites, ya que cada persona tiene su puerta de entrada al pánico. Conocer el lugar donde se encuentra esa puerta y no traspasar el umbral que la rodea es esencial para prevenir accidentes o como mínimo situaciones de riesgo.
ANSIEDAD SEGÚN ORIGEN Y RASGOS DE PERSONALIDAD
Teniendo en cuenta el  origen, la ansiedad puede producirse ante la presencia de algo peligroso y / o desconocido real o fantaseado.
 La persona en inmersión, especialmente al principio, puede fantasear potenciales peligros que le sitúen en un estado de ansiedad próximo al pánico. En este sentido las fantasías que se generan pueden ser diversas, (ser devorado por un tiburón, quedarse sin aire y ahogarse, la emergencia de múltiples peligros procedentes de las profundidades, etc.).
De todas formas hay que tener en cuenta que, la ansiedad negativa y el pánico, pueden activarse por situaciones de peligro real. De hecho, todos tenemos un límite, a partir del cual entraríamos en ansiedad negativa y pánico. Desconocer o negar dicho límite es lo que provoca un gran número de situaciones desagradables para la persona que pueden acabar en accidentes de buceo. En ocasiones, el deseo de progresar y bucear en situaciones complejas sin tener controlados los conceptos más básicos nos pueden situar en una verdadera situación de riesgo.
La ansiedad también puede producirse como activación de un rasgo de personalidad dominante en la persona.
Lo cierto es que cuando en submarinismo se habla de ansiedad, se habla de forma muy genérica, sin tener en cuenta que dicho estado emocional, impacta en una estructura de personalidad con determinados rasgos. Cuando la ansiedad  es elevada, genera tensión, y en situaciones de tensión,“la cuerda” se suele romper por el extremo más débil en términos de rasgos de personalidad. Como consecuencia de esto debemos considerar que la expresión de la ansiedad es distinta en cada persona según sus características diferenciales,  por lo tanto el abordaje debería ser así mismo diferenciado.
Sería difícil exponer en un artículo todos los matices que pueden derivarse de la interacción de los diferentes rasgos de personalidad, pero es importante tomar en consideración que; todos tenemos  mayor o menor presencia de los rasgos que definiremos a continuación  activándose estos,  en determinadas situaciones, pero es común que uno de ellos domine sobre el resto y defina en cierto modo  las relaciones que la persona establece consigo mismo , con los demás y y con   las situaciones vitales a las que se enfrenta.
Simplificando, podemos definir cuatro perfiles de personalidad, que definen a su vez diferentes formas de expresión de la ansiedad observables en el submarinismo: el temeroso-fóbico, el perfil pesimista-depresivo, el controlador-perfeccionista y por último, el perfil protagonista-histriónico.
El perfil tipo temeroso-fóbico. Quizá sea el rasgo de personalidad que más se pone de manifiesto y el que más problemas genera en el submarinismo. Por su propia idiosincrasia el submarinismo activa y potencia determinados aspectos expresados en fobias y temores muy comunes. Cuando se activa muy intensamente el rasgo temeroso-fóbico, el lógico respeto que puede generar una situación nueva y desconocida, adquiere forma de temor con las siguientes características: es un temor desajustado e irracional, como la propia persona que lo sufre reconoce. La forma básica de defenderse del miedo es la huída y/o evitación de la situación, en lugar de generar estrategias de superación. Además el sujeto no puede controlarlo y si llega a hacerlo, es con grandes dosis de esfuerzo y sufrimiento.
Los temores más comunes que se proyectan  en la situación de inmersión son; la claustrofobia (temor a los espacios cerrados), la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) y la fobia a la oscuridad.
La claustrofobia puede encontrar múltiples expresiones en el buceo: temor a meter la cabeza debajo del agua, agobio excesivo con el equipo (sentirse encerrado en la máscara, neopreno, capucha …),temor a no poder escapar, no tener el control de subir a superficie a voluntad y temor a introducirse en espacios cerrados (cuevas, pecios, etc.).
La agorafobia puede expresarse en la sensación de verse en suspensión en el vacío, especialmente si se pierde la referencia suelo - techo. Muchos submarinistas, especialmente al principio se agobian en la bajada , en situaciones de baja visibilidad y hasta  que no toman contacto visual con el fondo.
Y el caso de la fobia a la oscuridad puede  plantear problemas en inmersiones nocturnas, cuevas, etc..
Ante un rasgo temeroso-fóbico muy activo en un submarinista se pueden desarrollar tres casos: Lo primero que puede ocurrir es que,  la persona, desbordada por la ansiedad pueda verse superada por la situación, desarrollando conductas de evitación. Esto puede ocasionar el  cese en la actividad, sin ni siquiera poder acabar el curso formativo.
También puede ocurrir es que, la persona puede con gran esfuerzo (y sufrimiento) obtenga su titulación, pero no pueda continuar buceando, negando la actividad de manera inconsciente y desarrollando conductas como por ejemplo  no ir a recoger la titulación (los centros de buceo acumulan titulaciones no recogidas en mayor número de lo que se pueda pensar); encontrando siempre una razón para no bucear (el frío, el calor, la familia, etc.),Todos estos argumentos suelen ser muy razonables y en  ocasiones obedecen a una realidad, pero  cuando son muy repetitivos hacen pensar que en el fondo esconden una resistencia emocional a acercarse a una actividad que genera desazón).
 Por último también puede haber evitación consciente de la actividad al existir  un reconocimiento activo del displacer y la tensión que genera el buceo. En ocasiones simplemente  se reconoce el malestar que les genera bucear, y no continúan a pesar de haber realizado ya algunas inmersiones, pero la discontinuidad queda ligada a grandes dosis de frustración, debido al reconocimiento de lo irracional de sus temores y al hecho de que en ocasiones se produce cierta idealización de la situación u objeto que genera dicho temor.
En un segunda situación puede ocurrir,  que la persona desarrolle comportamientos paradójicos (conductas contrafóbicas).  Es una situación potencialmente generadora de peligros, ya que la persona destaca por  comportamientos aparentemente valerosos para defenderse de sus miedos. Es el que en los cursos lleva la voz cantante (y luego se desborda en los ejercicios). Otros cuentan historias terribles entorno al submarinismo como forma de darse valor y proyectar sus miedos en los demás, con la fantasía de que controlándolos en los otros se liberan de ellos. En cierto modo recuerda a los niños mayores contando historias de brujas y fantasmas a los niños más pequeños.
 Estamos hablando de una persona cuyo abordaje emocional del submarinismo se mueve en la dualidad ser valiente – tener miedo y ello es francamente delicado. Dentro de este contexto se  pueden desarrollar situaciones de riesgo debido a que su arrojo puede llevar a engaño y generar un exceso de confianza en la capacitación como submarinista, involucrándose e involucrando otros en situaciones de inmersión de cierta dificultad y para la que no está preparado ni técnica, ni emocionalmente
En general, en los centros existe un conocimiento intuitivo de este tipo de submarinistas, pero ante la gran afluencia de público en épocas estivales, puede pasar desapercibido y derivar en situaciones de conflicto, al ser una persona que no realiza una valoración realística del peligro pudiendo ponerse en riesgo (y poner a otros) como ya hemos comentado . Ante determinadas situaciones imprevistas  puede desestructurarse su defensa contrafobica  aflorando los miedos reprimidos y realizando una ataque de pánico.
El tercer caso que se puede desarrollar ante un submarinista con un rasgo temeroso-fóbico muy activo, es que la persona se adhiera a determinados elementos que le ofrezcan contención y le permitan controlar sus miedos. Estamos hablando de submarinistas que basan su defensa y control de la ansiedad en el vínculo que establece con determinadas    personas, centros, etc. Son buceadores que con elevada formación  y gran número de inmersiones, son susceptibles a desarrollar ataques de ansiedad cuando bucean lejos del elemento-objeto contrafóbico que les permite controlar sus miedos. Son personas literalmente  “enganchadas” a centros – instructores – compañeros y con grandes dificultades de bucear alejados de ellos
El perfil tipo  pesimista – depresivo .La persona con dicho rasgo  suele manifestar dos aspectos: Un tono emocional cargado de pesimismo y  culpa por no conseguir superar la situación concreta ,en este caso un curso de submarinismo, y/o inmersión determinada, y que se concreta a través de pensamientos como:  “Yo soy más torpe que los demás, me va a costar más”,  acompañado de   un fuerte sentimiento de impotencia (el “no podré” es un elemento muy característico del rasgo depresivo). La persona se siente sin capacidad para hacer lo que hacen los demás y se siente culpable de ello.
También es característico que  durante la inmersión aparezcan  pensamientos catastróficos (muchas veces acompañados también de culpa): “Me ahogaré y que será de mis hijos”; “Me devorará un tiburón”. En general, se desencadena un sentimiento  intenso de que algo malo puede llegar a pasar.
Las somatizaciones diversas (digestivas, dolor de cabeza, etc.) , aunque pueden ser manifestaciones clásicas de la ansiedad, son más frecuentes cuando ésta activo el rasgo pesimista – depresivo.
Al igual que ocurre con la personalidad temerosa – fóbica, en estos casos, lo que puede llevar a una persona  a bucear es el reverso emocional del pesimismo a través de la activación de  un estado emocional , que se produce como una defensa contra el pesimismo y que lleva a sentimientos de exaltación, euforia y/o energía excesiva.
Es importante detectar estas situaciones, porque la persona en un contexto social determinado que potencie dicho estado de exaltación , puede embarcarse en situaciones que la superen, poniéndose en riesgo ella y las personas que lo acompañan.
El perfil  controlador – perfeccionista. La persona  con dicho perfil se caracteriza por 3 aspectos muy marcados en su comportamiento: el control, la obstinación y el orden.
La persona con estos rasgos, en general controla la ansiedad haciendo las cosas de una forma muy determinada y dándose la circunstancia, de que si no están hechas de esa forma, ya no están bien hechas para él y se  le genera una fuerte sensación de desazón.
Dentro del submarinismo, esto se expresa a través de 2 comportamientos típicos: son personas que pueden bucear contenidamente, si y sólo si se siguen unos protocolos y parámetros de actuación muy estrictos. Estas personas a veces, encuentran cobijo en grupos de buceo que siguen normas y estándares muy estrictos  en el desarrollo de la actividad, al margen del tipo de inmersión y su dificultad.
En inmersiones, suelen ser los primeros en empezar a equiparse, y los últimos en entrar en el agua, al seguir unos protocolos de comportamiento  muy estrictos y sin olvidar ni el último detalle. Manteniendo el control y orden de las cosas no suelen generar manifestaciones de ansiedad, pero cuando éstas se producen por alguna situación que desborda a la persona, pueden ser muy intensas y cargadas de agresividad.
En general la persona controladora – perfeccionista suele ser un buen y dócil alumno en los cursos , integrándose  bien dentro del grupo. La obstinación y orden con una obediencia casi sumisa al líder (aunque siguiendo sus propios rituales),  ocasiona que sean personas fáciles de llevar. Pero la problemática aparece cuando son ellos los que deben liderar un grupo o un curso, ya que necesitan ver en los otros su perfeccionamiento y no observarlo le general ansiedad, dificultad y /o agresividad porque activa sus caos interior.
En este sentido, cabe reseñar que no son buenos líderes ni compañeros porque suelen ser individualistas , no adaptándose al resto de submarinista salvo que sigan sus propios rituales preestablecidos.
El perfil protagonista – histriónico. Es un tipo de persona que busca en general la  máxima  facilidad a la hora de desarrollar la actividad. Desean  trato especial, mayor permisividad que otros y para ello  se muestran muy activos en la seducción.
 Tratan de cobrar todo el máximo  protagonismo en el curso o en el centro de buceo desplegando todas sus armas de seducción
 Para ellos, el submarinismo muchas veces supone la fantasía de incorporarse a un grupo o situación idealizada, siendo esta la causa final del acercamiento a la actividad. Esto puede ser más importante que la propia actividad en si.
Dicho grupo idealizado puede ser: el propio equipo del centro  de submarinismo, generándose  un deseo rápido de incorporarse, a lo que ellos consideran en ese momento  la “elite”. O bien el grupo de amigos que ha transmitido una situación muy atractiva del submarinismo y el contexto que se mueve alrededor. O incluso lo que han leído u observado en medios de comunicación.
En referencia a la ansiedad y conscientes de que dicho estado, es una cuestión que requiere la atención del instructor – grupo, buscan protagonismo a través de manifestaciones pseudoansiógenas. Pueden desarrollar dichos comportamientos como forma de llamar  la atención, e incluso competir con otros submarinistas en estado de ansiedad. “Lo mío sí que es serio”. En general suele percibirse  un tono fingido en sus accesos de ansiedad, fácilmente detectable por expertos en submarinismo. Difícilmente se ponen en riesgo real.
Accesos de ansiedad en submarinistas expertos.
No es extraño que submarinista expertos presenten en algunos momentos de su trayectoria ,ansiedad en el buceo.
Es una situación que genera extrañeza en la persona, ya que se produce  ansiedad en situaciones de inmersión claramente superadas. He observado que cuando no hay factor estructural de personalidad, lo que puede estar ocurriendo, es la derivación – activación de conflictos personales cotidianos ,en la situación de inmersión.
La persona puede estar viviendo una situación de conflicto en su vida personal, laboral, económica, familia. Dicha situación le provoca tensión, pero no en la medida que es capaz de reconocer. De alguna manera hay represión - negación de su vivencia emocional intensa.
En la situación de inmersión se dan circunstancias tales, como una deprivación sensorial, minimización de estímulos,  toma de contacto con uno mismo. Estas circunstancias pueden provocar que toda la ansiedad reprimida emerja abruptamente.
 La persona esta ansiosa por el impacto de la situación que esta viviendo, pero sin toma de conciencia .
Pero como la ansiedad le aparece en inmersión el puede creer, que dicha situación es el origen de su malestar, sin darse cuenta de que en el fondo el origen del conflicto se sitúa en su vida cotidiana.
Es importante ayudar a clarificar la situación a la persona, para que pueda interiorizar la causa real de la ansiedad y así  evitar que la vincule de forma estable a la situación de inmersión, entrando en un círculo vicioso del que más tarde le costaría salir
Conclusiones
En referencia a todo lo comentado en el artículo podemos concluir, que los aspectos emocionales cobran gran relevancia en el submarinismo y en la actualidad no se le está dando la importancia que requiere .El formar e informar sobre dicha cuestión   a formadores, alumnos, como a submarinistas en general, es clave para incrementar la seguridad y el disfrute en el buceo. Este artículo pretende poner de manifiesto la situación que existe entorno a todo ello, abriendo un espacio de reflexión. Las soluciones son complejas y requieren de un abordaje amplio, pero a modo de ejemplo  podríamos pensar en lo siguiente; otorgar a la dimensión emocional del submarinismo la importancia que requiere,  incorporando pruebas psicológicas al igual que pruebas físicas que delimiten riesgos y problemas , dar una visión mucho más amplia y profunda en los cursos del problema de la ansiedad y cómo afrontarlos al enfrentarse a una situación nueva  ayudando a cada submarinista a conocer su propios límites según sus características.
También y de la misma forma que hay médicos especializados en medicina subacuática, puede ser interesante la formación de psicólogos especialistas en submarinismo, que puedan atender y dar respuesta a los problemas que existen en la actualidad.
Por ultimo sugiero la posibilidad de incorporar el estudio del caso en los centros y escuelas de submarinismo. Facilitar de esta manera el enriquecimiento mutuo de los “insights experienciales” a través de reuniones entre profesionales de diferentes centros y reuniones entre integrantes del propio centro, dinamizadas  por personas expertas en psicología. Serían reuniones de supervisión de casos, donde se aúne la experiencia profesional con el conocimiento técnico – psicológico para con ello realizar un mejor abordaje de los problemas y conseguir un aprendizaje por experiencia