jueves, 12 de abril de 2012

Proceso de individuación alumno-instructor

  Proceso de individuación alumno-instructor


El submarinista en formación pasa por diferentes fases en la relación con su formador, antes de poder funcionar como un buzo independiente.

De cómo vayan elaborándose dichas fases, dependerá en cierta medida la estabilidad y seguridad del buzo hacia sí mismo, y especialmente influirá en su capacidad futura de disfrutar plenamente del buceo,
Al tiempo, un desarrollo exitoso del proceso de individuación será clave para manejar las ansiedades que se desencadenan en el submarinismo en general, y en el proceso de formación en particular.

1-Fase de autismo subacuático
Podemos considerar que en el primer momento, el fuerte impacto psicológico que produce sentirse debajo del agua respirando, hace pasar al buzo por una fase de autismo transitorio, debido a la fuerte desorientación que siente ante la nueva experiencia, quedando la persona muy fijado en las sensaciones corporales que va sintiendo en su nuevo status, y atendiendo muy poco a su entorno. Esta fase puede durar minutos o ser extremadamente corta, superándose en el momento en que el alumno reconoce y se fija en su formador y establece con él un vínculo relacional de confianza que nos lleva a la siguiente fase.

2-Fase de simbiosis formador-alumno
En el momento en que el submarinista confía en su instructor , le proyecta y reconoce una capacidad protectora , estableciendo una relación de confianza que el nuevo buzo siente como garante de su seguridad y aprendizaje.

Empieza en este momento una relación donde si ésta sigue unos cauces positivos, instructor y alumno se estimulan mutuamente; el alumno percibe, actúa y aprende a través de su instructor, y éste procura que su alumno disfrute de sus nuevas experiencias, y adquiera las habilidades necesarias para la actividad.

El alumno aún no es capaz de percibir ni diferenciar entre su propias sensaciones , entre ellas la angustia, y las sensaciones nuevas que está viviendo propias del submarinismo en sí , y necesita de su formador para poder diferenciarlas y obtener la tranquilidad necesaria. El alumno reaccionará especialmente al principio con extrema sensibilidad a las respuestas de su instructor, no solo de tipo racional, sino de carácter emocional. Un instructor ansioso, fóbico u obsesivo, puede trasmitir sus propios miedos y ansiedades a su alumno comprometiendo su formación.
Hay que tener en cuenta que en esta fase el alumno emite muchas señales de cómo está viviendo su proceso de formación. De cómo y a cuales respuestas reaccione su instructor, va a depender también como será el futuro buzo, ya que este irá adaptando su conducta según dichas respuestas selectivas. Podemos afirmar en este sentido que el talante personal y formativo del instructor tendrá gran influencia en cómo será y se comportará el futuro buzo.

3-Fase de separación-Individuación
Llega un momento en que el buzo intenta separarse de su formador, deja de ser pasivo a las órdenes estrictas del instructor, y se aventura a pequeñas incursiones, aunque sin perder de vista su fuente de seguridad.
Si las dos fases anteriores han sido exitosas, el alumno puede abandonar progresivamente “el halo protector “del instructor, y el buzo supera con éxito su fase formativa, disfrutando de conocer con detalle el nuevo mundo de sensaciones que se abre ante sus ojos.

El fin último de este proceso de individuación, es el de poder alcanzar al final del proceso formativo, una sensación de seguridad técnica, pero también emocional, de forma suficiente y que le permita ir evolucionando de manera progresiva en el buceo.

Una vez consigue dicha individuación está preparado para seguir su desarrollo de manera autónoma. El proceso de individuación puede finalizar con el curso de iniciación o requerir de un tiempo añadido. Formador y alumno deben ser conscientes de que en ocasiones, la finalización del curso no implica aún un funcionamiento autónomo, pero en cualquier caso deben poner los medios para que el proceso de individuación se realice y el alumno no quede literalmente “enganchado” a su instructor lo que implica una entera dependencia para poder sumergirse.

En el proceso de individuación, llega un momento en que el buzo ya no necesita su instructor exclusivamente como fuente de seguridad y estímulo, sino como alguien que se ofrezca para mantener una comunicación que refuerce y/o module de forma conveniente los comportamientos que el submarinista va desarrollando en base a su reciente aprendizaje

Al final de este proceso el buzo se percibe asimismo como un buzo independiente, seguro de sí, si ha podido interiorizar de su instructor una adecuada contención emocional y la formación técnica que se precisa.

Todo buzo debe saber que una correcta formación y desarrollo significa poder bucear disfrutando y sin ansiedades intensas , más allá de la que se necesita para alcanzar el nivel optimo de activación mental que se requiere en una actividad donde hay que estar atento a los actos que realizamos

2 comentarios:

  1. Es una joya verlo todo seguido en el blog. gracias Toni.Espero contar contigo si algún dia la fundación biblioteca del buceo hace el libro de medicina del buceo.

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  2. Muchas gracias Jorge
    Para mi seria un honor poder participar en cualquier actividad de vuestra fundación
    A ver si me me hago un hueco, actualizo la web y añado un par de temas que me rondan por ahí

    Un abrazo

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