lunes, 10 de diciembre de 2012

Psicodiagnóstico de la ansiedad en el buceo


El submarinismo es una actividad deportiva lúdica que proporciona elevado disfrute a quien la práctica. Sin embargo al enfrentar a la persona a retos y situaciones desconocidas, en muchas ocasiones genera ansiedad, que muchas veces conlleva no poder disfrutar plenamente de la actividad e incluso está en la base de muchos accidentes. Conocer cual es el origen  y el impacto específico en cada persona puede ayudar a un mejor abordaje.

Ansiedad y buceo van de la mano, especialmente  cuando la persona se inicia en la actividad  por enfrentarse a algo desconocido. Sin embargo el tránsito y desarrollo de la ansiedad en cada persona es diferente y depende tanto de factores endógenos (rasgos de personalidad) , como exógenos (factores  de la realidad ambiental) .
El artículo pone de manifiesto como influyen ambos aspectos, especialmente los referentes a la personalidad del submarinista, en la cantidad y cualidad de la ansiedad, en las situaciones de inmersión

PUNTO DE PARTIDA
En los últimos años se ha incrementado significativamente el número de personas que se incorporan a la actividad de submarinismo.
Ello ha conllevado una popularización  de la actividad, acompañado de un fuerte crecimiento de mercado, que ha bajado los niveles de exigencia, convirtiéndose en una actividad al alcance de casi todos. Esta circunstancia ha ocasionado la necesidad de avanzar en el estudio del impacto del submarinismo en el ser humano.
Sin embargo en la actualidad existe clara disonancia entre:
El estudio de los aspectos fisiológicos del buceo: Se ha avanzado en el estudios del impacto fisiológico del buceo en el organismo, habiendo quedado claras, las limitaciones e incompatibilidades  para la actividad,  creándose incluso unidades de medicina subacuatica e hiperbárica, si bien no con la extensión que se requeriría
El estudio de los aspectos psicológicos del buceo: Se ha avanzado muy poco en el análisis  del impacto emocional del submarinismo en el ser humano, especialmente   en lo referente, al impacto según los diferentes rasgos de personalidad.
Los conceptos que se desarrollan son  muy básicos, y aunque los profesionales suelen actuar de forma correcta, lo hacen comúnmente de forma intuitiva, sin un criterio conceptual de base, y sin aprovechar los “insighs” experienciales para generar aprendizaje por experiencia.
Pero lo cierto es que la situación de inmersión, conlleva un fuerte impacto emocional en la persona; es una actividad contranatura que requiere de un periodo de adaptación más o menos prolongado según cada individuo.
Así, puede decirse que  ansiedad y submarinismo caminan de la mano especialmente en sus inicios, por ser una actividad en si misma desconocida y que genera la tensión lógica de enfrentarse a situaciones nuevas que no controlamos y nos sitúan en un estatus de dependencia (de un equipo de buceo, de un guía  instructor, de unas condiciones medioambientales, etc.);también por ser una actividad con determinadas peculiaridades que potencian que afloren miedos y temores muy comunes en el ser humano y también por supuesto por la  fisiología del submarinismo, donde en determinadas condiciones  se pueden desencadenar y potenciar situaciones de ansiedad y pánico por el propio impacto de los gases en los tejidos.
No obstante, hay que empezar a  tener muy en cuenta que el submarinismo impacta psicológicamente de forma diferencial en cada persona. Para algunos la ansiedad se convierte en un verdadero problema, qué o bien les impide disfrutar con plenitud o bien les lleva al abandono de la actividad, mientras que otros superan la situación sin problemas y desarrollan la actividad a pleno disfrute. Poder diferenciar mejor a cada persona, en  sus reacciones y problemas  de ansiedad y estrés  puede ayudar a mejorar el abordaje diferencial de los mismos y reducir  la sensación de displacer , previniendo abandonos y accidentes
Finalmente creo conveniente reseñar que igual que fisiológicamente el submarinismo marca limitaciones para algunas personas, lo mismo debiera ocurrir psicológicamente hablando. Debería realizarse un calibraje más certero de las limitaciones emocionales de cada submarinista, según tipo de inmersión y condiciones de buceo.
En relación a la ansiedad y el pánico, se pueden definir 3 estados emocionales : ansiedad positiva, negativa y pánico.
La ansiedad positiva, puede considerarse normal, suele además ser necesaria para el correcto desarrollo de actividades que requieren atención. Un nivel de ansiedad adecuado, moviliza y prepara a la persona para la acción activando la búsqueda de recursos.
La ansiedad negativa puede definirse como un estado vivencial desagradable que integra aspectos fisiológicos, cognitivos y conductuales y que se caracteriza por se un estado de activación generalizada. Dicho tipo de ansiedad activa el instinto de supervivencia, y provoca conductas dirigidas por dicho instinto, con lo cual interfiere sobremanera en el desarrollo de la actividad. Puede aparecer ya desde el principio, donde submarinistas en formación o ya titulados inicien la actividad con un nivel elevado de ansiedad , quedando en riesgo de ante cualquier eventualidad, por mínima que sea de hacer un ataque de pánico.
También puede transitarse desde un estado de ansiedad normal por la presencia de desencadenantes y/o la incorrecta interpretación de las sensaciones que la persona va teniendo en el transcurso de la inmersión; Por ejemplo: Opresión en el pecho del neopreno decodificado como síntoma de infarto, dificultad de mantener el ritmo respiratorio decodificado como que el regulador no da el flujo de aire adecuado, sensación de narcosis como síntoma de mareo, pérdida del control e inminente desvanecimiento…y así múltiples circunstancias, tantas como la persona sea capaz de imaginar.
El pánico por su parte, es una respuesta prefijada de huida , presente en la naturaleza y que tiene una expresión  específica en el ser humano.
Dependiendo de la situación puede desencadenarse un pánico pasivo o pánico activo. El pánico en su expresión pasiva  se expresa como una reacción catatónica , que recuerda al retraimiento fetal. La persona queda inmóvil y sin capacidad de reacción. Ello tiene que ver con comportamientos presentes en la naturaleza donde hay determinados animales que reaccionan ante situaciones de amenaza mimetizándose con el ambiente.
El pánico activo por su parte, es una situación de huida descontrolada, que recuerda al comportamiento de un bebe buscando el pezón de la madre de forma desesperada .
Es curioso observar como en estas situaciones la persona actúa en ocasiones de forma que atenta a su propia vida expulsando el regulador de la boca en su caótica huida  hacia la superficie.
En cualquier caso, el pánico desencadena determinados fenómenos neuróquimicos , con afloración masiva de adrenalina y pérdida de memoria, al quedar el organismo muy centrado en conductas muy primitivas. La persona al entrar en pánico pasa a imaginar que su vida está en peligro y desencadena conductas de defensa ante ello..

En ocasiones la ansiedad intensa y el pánico pueden confundirse. Es conveniente diferenciar que se trata de 2 procesos cualitativamente diferenciados.
Hay una diferencia fácil de reconocer .Si la persona recuerda  el episodio de pánico es que no es pánico, ya que en dicha situación hay perdida de memoria.
Como máximo la persona recuerda pasajes oníricos del tipo “ver pasar toda tu vida en un segundo”. De hecho ocurre así ya que al igual que los sueños , la situación construida se produce en un flash en milésimas de segundo que posteriormente la persona organiza y reconstruye en una historia.
Desde el punto de vista del comportamiento hay otra diferenciación; en ansiedad negativa , aunque sea intensa , hay cierta coordinación de movimientos, la persona lucha por su supervivencia, puede arrancar el regulador del compañero para ponérselo el, agredir si considera que el otro interfiere en su salida a superficie, etc., mientras que en  el pánico, hay un bloqueo mayor, quedando la persona fijada en un estado catatónico , agarrando al compañero , habiendo expulsado el regulador y sin atender a la oferta de ayuda de nadie o bien iniciando una huida absolutamente caótica y descontrolada a superficie, pudiendo llegar a perder el conocimiento en el trayecto yendo al fondo y ahogándose sin posibilidad de reacción.
Hay un tercer aspecto. La persona que ha vivido una situación de ansiedad intensa, puede volver con ayuda a bucear e incluso superar la situación. Cuando se ha producido un ataque de pánico es muy difícil que la persona vuelva a bucear.
En cualquier caso y  en referencia al pánico, hay que considerar que todo el mundo puede tener un ataque de pánico en determinadas condiciones, al ser una respuesta prefijada en el ser humano y que es esencial conocer nuestros propios límites, ya que cada persona tiene su puerta de entrada al pánico. Conocer el lugar donde se encuentra esa puerta y no traspasar el umbral que la rodea es esencial para prevenir accidentes o como mínimo situaciones de riesgo.
ANSIEDAD SEGÚN ORIGEN Y RASGOS DE PERSONALIDAD
Teniendo en cuenta el  origen, la ansiedad puede producirse ante la presencia de algo peligroso y / o desconocido real o fantaseado.
 La persona en inmersión, especialmente al principio, puede fantasear potenciales peligros que le sitúen en un estado de ansiedad próximo al pánico. En este sentido las fantasías que se generan pueden ser diversas, (ser devorado por un tiburón, quedarse sin aire y ahogarse, la emergencia de múltiples peligros procedentes de las profundidades, etc.).
De todas formas hay que tener en cuenta que, la ansiedad negativa y el pánico, pueden activarse por situaciones de peligro real. De hecho, todos tenemos un límite, a partir del cual entraríamos en ansiedad negativa y pánico. Desconocer o negar dicho límite es lo que provoca un gran número de situaciones desagradables para la persona que pueden acabar en accidentes de buceo. En ocasiones, el deseo de progresar y bucear en situaciones complejas sin tener controlados los conceptos más básicos nos pueden situar en una verdadera situación de riesgo.
La ansiedad también puede producirse como activación de un rasgo de personalidad dominante en la persona.
Lo cierto es que cuando en submarinismo se habla de ansiedad, se habla de forma muy genérica, sin tener en cuenta que dicho estado emocional, impacta en una estructura de personalidad con determinados rasgos. Cuando la ansiedad  es elevada, genera tensión, y en situaciones de tensión,“la cuerda” se suele romper por el extremo más débil en términos de rasgos de personalidad. Como consecuencia de esto debemos considerar que la expresión de la ansiedad es distinta en cada persona según sus características diferenciales,  por lo tanto el abordaje debería ser así mismo diferenciado.
Sería difícil exponer en un artículo todos los matices que pueden derivarse de la interacción de los diferentes rasgos de personalidad, pero es importante tomar en consideración que; todos tenemos  mayor o menor presencia de los rasgos que definiremos a continuación  activándose estos,  en determinadas situaciones, pero es común que uno de ellos domine sobre el resto y defina en cierto modo  las relaciones que la persona establece consigo mismo , con los demás y y con   las situaciones vitales a las que se enfrenta.
Simplificando, podemos definir cuatro perfiles de personalidad, que definen a su vez diferentes formas de expresión de la ansiedad observables en el submarinismo: el temeroso-fóbico, el perfil pesimista-depresivo, el controlador-perfeccionista y por último, el perfil protagonista-histriónico.
El perfil tipo temeroso-fóbico. Quizá sea el rasgo de personalidad que más se pone de manifiesto y el que más problemas genera en el submarinismo. Por su propia idiosincrasia el submarinismo activa y potencia determinados aspectos expresados en fobias y temores muy comunes. Cuando se activa muy intensamente el rasgo temeroso-fóbico, el lógico respeto que puede generar una situación nueva y desconocida, adquiere forma de temor con las siguientes características: es un temor desajustado e irracional, como la propia persona que lo sufre reconoce. La forma básica de defenderse del miedo es la huída y/o evitación de la situación, en lugar de generar estrategias de superación. Además el sujeto no puede controlarlo y si llega a hacerlo, es con grandes dosis de esfuerzo y sufrimiento.
Los temores más comunes que se proyectan  en la situación de inmersión son; la claustrofobia (temor a los espacios cerrados), la agorafobia (miedo a los espacios abiertos) y la fobia a la oscuridad.
La claustrofobia puede encontrar múltiples expresiones en el buceo: temor a meter la cabeza debajo del agua, agobio excesivo con el equipo (sentirse encerrado en la máscara, neopreno, capucha …),temor a no poder escapar, no tener el control de subir a superficie a voluntad y temor a introducirse en espacios cerrados (cuevas, pecios, etc.).
La agorafobia puede expresarse en la sensación de verse en suspensión en el vacío, especialmente si se pierde la referencia suelo - techo. Muchos submarinistas, especialmente al principio se agobian en la bajada , en situaciones de baja visibilidad y hasta  que no toman contacto visual con el fondo.
Y el caso de la fobia a la oscuridad puede  plantear problemas en inmersiones nocturnas, cuevas, etc..
Ante un rasgo temeroso-fóbico muy activo en un submarinista se pueden desarrollar tres casos: Lo primero que puede ocurrir es que,  la persona, desbordada por la ansiedad pueda verse superada por la situación, desarrollando conductas de evitación. Esto puede ocasionar el  cese en la actividad, sin ni siquiera poder acabar el curso formativo.
También puede ocurrir es que, la persona puede con gran esfuerzo (y sufrimiento) obtenga su titulación, pero no pueda continuar buceando, negando la actividad de manera inconsciente y desarrollando conductas como por ejemplo  no ir a recoger la titulación (los centros de buceo acumulan titulaciones no recogidas en mayor número de lo que se pueda pensar); encontrando siempre una razón para no bucear (el frío, el calor, la familia, etc.),Todos estos argumentos suelen ser muy razonables y en  ocasiones obedecen a una realidad, pero  cuando son muy repetitivos hacen pensar que en el fondo esconden una resistencia emocional a acercarse a una actividad que genera desazón).
 Por último también puede haber evitación consciente de la actividad al existir  un reconocimiento activo del displacer y la tensión que genera el buceo. En ocasiones simplemente  se reconoce el malestar que les genera bucear, y no continúan a pesar de haber realizado ya algunas inmersiones, pero la discontinuidad queda ligada a grandes dosis de frustración, debido al reconocimiento de lo irracional de sus temores y al hecho de que en ocasiones se produce cierta idealización de la situación u objeto que genera dicho temor.
En un segunda situación puede ocurrir,  que la persona desarrolle comportamientos paradójicos (conductas contrafóbicas).  Es una situación potencialmente generadora de peligros, ya que la persona destaca por  comportamientos aparentemente valerosos para defenderse de sus miedos. Es el que en los cursos lleva la voz cantante (y luego se desborda en los ejercicios). Otros cuentan historias terribles entorno al submarinismo como forma de darse valor y proyectar sus miedos en los demás, con la fantasía de que controlándolos en los otros se liberan de ellos. En cierto modo recuerda a los niños mayores contando historias de brujas y fantasmas a los niños más pequeños.
 Estamos hablando de una persona cuyo abordaje emocional del submarinismo se mueve en la dualidad ser valiente – tener miedo y ello es francamente delicado. Dentro de este contexto se  pueden desarrollar situaciones de riesgo debido a que su arrojo puede llevar a engaño y generar un exceso de confianza en la capacitación como submarinista, involucrándose e involucrando otros en situaciones de inmersión de cierta dificultad y para la que no está preparado ni técnica, ni emocionalmente
En general, en los centros existe un conocimiento intuitivo de este tipo de submarinistas, pero ante la gran afluencia de público en épocas estivales, puede pasar desapercibido y derivar en situaciones de conflicto, al ser una persona que no realiza una valoración realística del peligro pudiendo ponerse en riesgo (y poner a otros) como ya hemos comentado . Ante determinadas situaciones imprevistas  puede desestructurarse su defensa contrafobica  aflorando los miedos reprimidos y realizando una ataque de pánico.
El tercer caso que se puede desarrollar ante un submarinista con un rasgo temeroso-fóbico muy activo, es que la persona se adhiera a determinados elementos que le ofrezcan contención y le permitan controlar sus miedos. Estamos hablando de submarinistas que basan su defensa y control de la ansiedad en el vínculo que establece con determinadas    personas, centros, etc. Son buceadores que con elevada formación  y gran número de inmersiones, son susceptibles a desarrollar ataques de ansiedad cuando bucean lejos del elemento-objeto contrafóbico que les permite controlar sus miedos. Son personas literalmente  “enganchadas” a centros – instructores – compañeros y con grandes dificultades de bucear alejados de ellos
El perfil tipo  pesimista – depresivo .La persona con dicho rasgo  suele manifestar dos aspectos: Un tono emocional cargado de pesimismo y  culpa por no conseguir superar la situación concreta ,en este caso un curso de submarinismo, y/o inmersión determinada, y que se concreta a través de pensamientos como:  “Yo soy más torpe que los demás, me va a costar más”,  acompañado de   un fuerte sentimiento de impotencia (el “no podré” es un elemento muy característico del rasgo depresivo). La persona se siente sin capacidad para hacer lo que hacen los demás y se siente culpable de ello.
También es característico que  durante la inmersión aparezcan  pensamientos catastróficos (muchas veces acompañados también de culpa): “Me ahogaré y que será de mis hijos”; “Me devorará un tiburón”. En general, se desencadena un sentimiento  intenso de que algo malo puede llegar a pasar.
Las somatizaciones diversas (digestivas, dolor de cabeza, etc.) , aunque pueden ser manifestaciones clásicas de la ansiedad, son más frecuentes cuando ésta activo el rasgo pesimista – depresivo.
Al igual que ocurre con la personalidad temerosa – fóbica, en estos casos, lo que puede llevar a una persona  a bucear es el reverso emocional del pesimismo a través de la activación de  un estado emocional , que se produce como una defensa contra el pesimismo y que lleva a sentimientos de exaltación, euforia y/o energía excesiva.
Es importante detectar estas situaciones, porque la persona en un contexto social determinado que potencie dicho estado de exaltación , puede embarcarse en situaciones que la superen, poniéndose en riesgo ella y las personas que lo acompañan.
El perfil  controlador – perfeccionista. La persona  con dicho perfil se caracteriza por 3 aspectos muy marcados en su comportamiento: el control, la obstinación y el orden.
La persona con estos rasgos, en general controla la ansiedad haciendo las cosas de una forma muy determinada y dándose la circunstancia, de que si no están hechas de esa forma, ya no están bien hechas para él y se  le genera una fuerte sensación de desazón.
Dentro del submarinismo, esto se expresa a través de 2 comportamientos típicos: son personas que pueden bucear contenidamente, si y sólo si se siguen unos protocolos y parámetros de actuación muy estrictos. Estas personas a veces, encuentran cobijo en grupos de buceo que siguen normas y estándares muy estrictos  en el desarrollo de la actividad, al margen del tipo de inmersión y su dificultad.
En inmersiones, suelen ser los primeros en empezar a equiparse, y los últimos en entrar en el agua, al seguir unos protocolos de comportamiento  muy estrictos y sin olvidar ni el último detalle. Manteniendo el control y orden de las cosas no suelen generar manifestaciones de ansiedad, pero cuando éstas se producen por alguna situación que desborda a la persona, pueden ser muy intensas y cargadas de agresividad.
En general la persona controladora – perfeccionista suele ser un buen y dócil alumno en los cursos , integrándose  bien dentro del grupo. La obstinación y orden con una obediencia casi sumisa al líder (aunque siguiendo sus propios rituales),  ocasiona que sean personas fáciles de llevar. Pero la problemática aparece cuando son ellos los que deben liderar un grupo o un curso, ya que necesitan ver en los otros su perfeccionamiento y no observarlo le general ansiedad, dificultad y /o agresividad porque activa sus caos interior.
En este sentido, cabe reseñar que no son buenos líderes ni compañeros porque suelen ser individualistas , no adaptándose al resto de submarinista salvo que sigan sus propios rituales preestablecidos.
El perfil protagonista – histriónico. Es un tipo de persona que busca en general la  máxima  facilidad a la hora de desarrollar la actividad. Desean  trato especial, mayor permisividad que otros y para ello  se muestran muy activos en la seducción.
 Tratan de cobrar todo el máximo  protagonismo en el curso o en el centro de buceo desplegando todas sus armas de seducción
 Para ellos, el submarinismo muchas veces supone la fantasía de incorporarse a un grupo o situación idealizada, siendo esta la causa final del acercamiento a la actividad. Esto puede ser más importante que la propia actividad en si.
Dicho grupo idealizado puede ser: el propio equipo del centro  de submarinismo, generándose  un deseo rápido de incorporarse, a lo que ellos consideran en ese momento  la “elite”. O bien el grupo de amigos que ha transmitido una situación muy atractiva del submarinismo y el contexto que se mueve alrededor. O incluso lo que han leído u observado en medios de comunicación.
En referencia a la ansiedad y conscientes de que dicho estado, es una cuestión que requiere la atención del instructor – grupo, buscan protagonismo a través de manifestaciones pseudoansiógenas. Pueden desarrollar dichos comportamientos como forma de llamar  la atención, e incluso competir con otros submarinistas en estado de ansiedad. “Lo mío sí que es serio”. En general suele percibirse  un tono fingido en sus accesos de ansiedad, fácilmente detectable por expertos en submarinismo. Difícilmente se ponen en riesgo real.
Accesos de ansiedad en submarinistas expertos.
No es extraño que submarinista expertos presenten en algunos momentos de su trayectoria ,ansiedad en el buceo.
Es una situación que genera extrañeza en la persona, ya que se produce  ansiedad en situaciones de inmersión claramente superadas. He observado que cuando no hay factor estructural de personalidad, lo que puede estar ocurriendo, es la derivación – activación de conflictos personales cotidianos ,en la situación de inmersión.
La persona puede estar viviendo una situación de conflicto en su vida personal, laboral, económica, familia. Dicha situación le provoca tensión, pero no en la medida que es capaz de reconocer. De alguna manera hay represión - negación de su vivencia emocional intensa.
En la situación de inmersión se dan circunstancias tales, como una deprivación sensorial, minimización de estímulos,  toma de contacto con uno mismo. Estas circunstancias pueden provocar que toda la ansiedad reprimida emerja abruptamente.
 La persona esta ansiosa por el impacto de la situación que esta viviendo, pero sin toma de conciencia .
Pero como la ansiedad le aparece en inmersión el puede creer, que dicha situación es el origen de su malestar, sin darse cuenta de que en el fondo el origen del conflicto se sitúa en su vida cotidiana.
Es importante ayudar a clarificar la situación a la persona, para que pueda interiorizar la causa real de la ansiedad y así  evitar que la vincule de forma estable a la situación de inmersión, entrando en un círculo vicioso del que más tarde le costaría salir
Conclusiones
En referencia a todo lo comentado en el artículo podemos concluir, que los aspectos emocionales cobran gran relevancia en el submarinismo y en la actualidad no se le está dando la importancia que requiere .El formar e informar sobre dicha cuestión   a formadores, alumnos, como a submarinistas en general, es clave para incrementar la seguridad y el disfrute en el buceo. Este artículo pretende poner de manifiesto la situación que existe entorno a todo ello, abriendo un espacio de reflexión. Las soluciones son complejas y requieren de un abordaje amplio, pero a modo de ejemplo  podríamos pensar en lo siguiente; otorgar a la dimensión emocional del submarinismo la importancia que requiere,  incorporando pruebas psicológicas al igual que pruebas físicas que delimiten riesgos y problemas , dar una visión mucho más amplia y profunda en los cursos del problema de la ansiedad y cómo afrontarlos al enfrentarse a una situación nueva  ayudando a cada submarinista a conocer su propios límites según sus características.
También y de la misma forma que hay médicos especializados en medicina subacuática, puede ser interesante la formación de psicólogos especialistas en submarinismo, que puedan atender y dar respuesta a los problemas que existen en la actualidad.
Por ultimo sugiero la posibilidad de incorporar el estudio del caso en los centros y escuelas de submarinismo. Facilitar de esta manera el enriquecimiento mutuo de los “insights experienciales” a través de reuniones entre profesionales de diferentes centros y reuniones entre integrantes del propio centro, dinamizadas  por personas expertas en psicología. Serían reuniones de supervisión de casos, donde se aúne la experiencia profesional con el conocimiento técnico – psicológico para con ello realizar un mejor abordaje de los problemas y conseguir un aprendizaje por experiencia










jueves, 12 de abril de 2012

Miedo normal y miedo patologico

Miedo normal y miedo patologico




    Una de las inquietudes más frecuentes y temidas en el submarinista novel, o no tan novel cuando se enfrenta a situaciones nuevas , es la aparición de determinados temores, normalmente acompañados de ansiedad.
    En general tanto la ansiedad como el miedo en la concepción popular del término, son emociones indispensables para la supervivencia y previenen al ser humano de potenciales peligros , provocando respuestas adaptativas que permitan afrontar y resolver la situación que las genera.
    Todo submarinista debe considerar que es normal la aparición de un determinado monto de ansiedad y temor ante algunas situaciones.En este sentido es conveniente poder diferenciar entre un miedo que podriamos considerar normal, y un temor fóbico, entendido este último como una emocion negativa intensa , que puede no estar ajustada a la realidad de la situación que la provoca.Hay que considerar que la frontera entre ambos conceptos , no siempre es fácil de definir.
    Pero en general, la característica de un miedo normal estriba en que es proporcional y comprensible. Por ejemplo es razonable que un buceador novel tema el buceo profundo mientras no adquiere la suficiente destreza para poder afrontar las peculiaridades de la misma, o que un submarinista recreativo , renuncie al buceo en cuevas sin la adecuada experiencia y/o capacitación técnica.
    Otro aspecto que caracteriza el miedo normal, es que en general lleva a desencadenar con éxito, estrategias de superación del mismo; tranquilizarse , respirar, avisar al compañero, etc, ocurriendo además que dichas estrategias de afrontar la cuestión, conllevan la progresiva tranquilización del buzo.Además la situación que le puede haber generado el temor , se puede superar ante la evolución de la capacitación del submarinista.Asi en la medida que el buzo novel adquiee experiencia y conocimientos podrá bucear profundo sin sobresaltos.De ahí que es imprescindible que cada submarinista evolucione según su capacidad de absorver conocimientos y aprender de la experiencia, sin la presión con la que a veces nos encontramos de progresar más rápido de lo que somos capaces de asimilar.Avanzar de forma acelerada , dando pasos para los cuales podemos no estar preparados, puede llevar a malas experiencias que pueden instalarse emocionalmente como temores fóbicos que dificulten la continuidad en el buceo.
    Por otra parte en lo refente a un temor fóbico , hay que considerar que para hablar de fóbia plenamente instaurada, alguien debe haber sufrido uno o más episodios de ansiedad en una situación de buceo , o en el buceo en general, relativamente estresantes , y además obliga a la persona a renunciar definitivamente a seguir buceando en esa situación
    Aun así, existen temores , que sin poder ser considerados estrictamente como fobias , ni provocar el abandono , si pueden tener algunas características que hacen pensar en algo más que un miedo normal y que incomodan e interfieren en el desarrollo de las inmersiones.
    En general un temor fóbico , no está ajustado por su intensidad a la situación que la provoca.Igual que la pèrsona que tienen fobia a volar, es capaz de reconocer la seguridad aerea , pero ello no disminuye su ansiedad, un submarinista , puede reconocer que tiene un miedo enorme a ser mordido por los peces aun reconociendo lo improbable de la cuestión, o puede reconcoer la fuerte ansiedad que le genera atravesar un tunel , a pesar de su dilatada experiencia en buceo.
    En general un temor fóbico , desencadena una respuesta de evitación-huida, tanto más intensa , cuanto más intenso es el temor, como unica forma de controlar la ansiedad.No existe la posibilidad de desarrollar otras estrategias para afrontar , la situación sin necesidad de salir "huyendo" a veces de forma precipitada. o evitar permanentemente la situación que genera el temor desproporcionado
    Otra cuestión que hay que considerar , es que debido a diferentes causas, una situación de buceo que desde siempre hemos podido desarrollar con normalidad, de repente (desde el punto de vista del buzo) empieza a generarnos temor y ansiedad ,impidiéndonos o dificultando muchas veces acercarnos a dicha situación .Ello genera gran extrañeza en la persona, pero un analisis minucioso , suele desvelar la causa del porqué esto de produce, siendo elemento indispensable para poder superar el trance.

El submarinismo y la piramide de Maslow

El submarinismo y la piramide de Maslow


    Abraham Maslow, psicologo Americano desarrolló en su trabajo en 1943 "una teoria sobre la motivación humana",creando una jerarquia de necesidades, estructuradas en forma de piramide con 5 escalones y bajo el concepto o idea que solo una vez satisfacemos las necesidades más básicas, podemos atender las necesidades más elevadas.
    Las cuatro primera escalas de necesidades ,las agrupó como necesidades de deficit (deficit needs), mientras que la necesidad superior la consideraba una necesidad del ser (being needs), la La diferencia estriba en que "mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, las necesidades del ser son una fuerza impelente continua ".
    Las ideas de Maslow , se aplican en contextos diversos, y pueden asimismo relacionarse con las motivaciones que van apareciendo en el submarinismo , asi como con los posibles bloqueos que aparecen y que dificultan el pleno disfrute.
    En concreto la piramide de Maslow se jerarquiza entorno a los siguientes necesidades.

    Necesidades fisiológicas básicas
    Las necesidades fisiológicas básicas ,se situan en la base de la pirámide.Respirar es una prioridad para la vida, cuando una persona se inicia en el submarinismo, se pone en cuestión dicha posibilidad, es común observar , las dificultades de algunas personas de quitarse el regulador o las terribles fantasias de quedarse sin aire que suelen aparecer al principio, aunque dicho temor no este justificado por causas externas .
    Mientras la persona no supere esta fase y se sienta suficientemente segura en su estado vital, no encontrará motivaciones más amplias de disfrute.En esta situación se produce en general fuerte dependencia de la persona o personas que se ocupan de la formación, y también apego hacia otros cursillistas o personas en la misma situación.La escasa o deficiente formación que a veces recibe la persona , puede ocasionar que un submarinista no supere esta fase y acabe abandonando la actividad, es por ello que se requiere de una correcta y completa formación ,que de la suficiente confianza a la persona para afrontar sin riesgo vital el submarinismo y atender a motivaciones de escalas superiores.

    Necesidades de seguridad

    Cuando la necesidad fisiológica esta cubierta, el ser humano se vuelca hacia la cobertura de la necesidad de seguridad.En este sentido la persona , ya con cierta experiencia pero aun algo insegura , busca referentes cercanos que le den tranquilidad .Es frecuente que el submarinista bucee con personas conocidas, y/o del entorno formativo inicial.Es la fase donde el buzo empieza ya a darse cuenta de la verdadera complejidad de la actividad, e inicia comportamientos orientados a incrementar la sensación subjetiva de seguridad (ejem.uso de dos primeras etapas, compra de equipo propio, mayor análisis de la forma de bucear y aspectos a mejorar,etc).No superar esta fase puede , ocasionar dificultades para bucear con personas desconocidas, porque no existe la adecuada autoconfianza en las propias posibilidades ,ni en la capacidad de desarrollar por si mismo un buceo seguro , sin el abrigo de compañeros conocidos , generalmente de mayor experiencia y a los que al principio se confia la propia seguridad en la inmersión.También hay buzos anclados en esta situación , que hacen de la seguridad un fin en si mismo, antes que una condición necesaria para poder disfrutar de las inmersiones, limitándoles en este sentido, a satisfacer a través del buceo , necesidades de indole superior.

    Necesidades de aceptación social
    En el momento en que se superen las dos primera dos fases, cobra relevancia cubrir la necesidad de aceptación social, pertenencia , amistad o afecto.Aqui el submarinista ya posee criterio propio sobre su forma de orientar el buceo, que puede no coincidir con el que tenia de incio.
    Se activa la búsqueda de un espacio social dentro del submarinismo, donde la persona busca encontrar su identidad (club de buceo, miembro activo de un grupo, foros, etc), en un contexto de aceptación.Es el momento que el buzo visita otros centros, viaja, conoce otras formas de buceo, buscando expresar su propia identidad e integrándose dentro de estos contextos, donde , modifica convenientemente su comportamiento de forma adaptativa para tal cuestión.
    Hay personas que no consiguen llegar a esta fase quedando fijadas al grupo matriz, donde no tienen una indiviualidad definida como buzos, siendo unicamente un miembro pasivo y dependiente del grupo.

    Necesidades de autoestima
    Esta necesidad , se refiere a la valoración y reconocimiento de uno mismo , otorgada por otras persona.En otras palabras , autovalia, prestigio y reconocimiento social.
    Una vez satisfechas las otras necesidades, el buzo trata de cubrir esta necesidad, a través del reconocimiento de otros miembros de la comunidad del buceo.Ello puede conseguirlo a través de diferentes formas, la fotografia, la pertenencia a un grupo de "elite" que cause admiración , la expresión de los conocimientos en determinada materia, el liderazgo en un centro de buceo o como formador,etc.
    En la base de esta necesidad, puede estar la acumulación de títulos, a veces innecesaria, especialmente , cuando son títulos que habilitan a la persona para tipos de buceo (técnico, profesional..) que siendo costosos , no se les saca la rentabilidad adecuada.Algunas escuelas y organizaciones sacan rendimiento de dicha necesidad "vendiendo" prestigio a través de certificaciones diversas .

    Necesidad de autorrealización
    En la cumbre de la piramide , estaria la necesidad del ser humano , de hacer lo máximo que pueden dar de si sus própias habilidades .
    Se trata del submarinista que ama, que "siente" el submarinismo en si mismo y que puede vivirlo y desarrollarlo en plenitud , expresándose a través de él como ser humano
    Son personas referente en el mundo del buceo, que causan respeto y admiración y que trasmiten sabiduria, con una ausencia total de arrogancia.

    Hay muchas cuestiones a considerar de diferente movimientos dentro de la piramide, los estados no son fijos, y nuevas (buenas o malas) experiencias, aprendizajes , etc pueden pueden ocasionar movimentos en los dos sentidos


Incidentes aislados y pérdida de confianza

Incidentes aislados y pérdida de confianza


    Cada temporada , con el incremento de personas que practican el submarinismo en verano, se producen múltiples incidentes , que en muchas ocasiones , no pasan de mera anécdota , aunque supongan un mal rato, para quien lo padece.No obstante , la situación puede impactar emocionalmente de forma tan intensa en el buzo , que puede condicionar seriamente las siguientes inmersiones , suponiendo una pérdida de confianza en sus capacidades, que le impidan realizar el buceo con la seguridad que habia adquirido hasta el momento del evento traumático .
    De cara a una correcta gestión del incidente , considero adecuado seguir los siguientes pasos.


    1-Elaborar la carga emocional vinculada al incidente-
Un buzo tuvo dificultades con su regulador a una profundidad de 40 metros y a pesar de tener su compañero a una distancia adecuada y poder acceder a su regualador auxiliar no pudo evitar una crisis de ansiedad , que provocó que ambos subieran sin respetar la velocidad de ascenso, no terminando el incidente en un accidente descompresivo, seguramente porque la inmersión recien se inciaba.En el barco el buzo sentia una mezcla de estupor y miedo, que a medida que avanzaba el tiempo se trasformaba en incredulidad y verguenza por no haber sabido manejar la situación y teniendo en cuenta que se trataba de un submarinista con experiencia.
    Es importante en un primer momento ,tomar conciencia y poder explicar los sentimientos vinculados al incidente , asimilando la fustración que puede generarse y sobretodo diferenciando , el peligro real , del peligro atribuido por la propia situación generada; quizas después de poder analizar la situación podamos observar que no corrimos tanto riesgo como percibimos.También debemos intentar no juzgarnos severamente y asimilar que todos cometemos errores, en cualquier ámbito de la vida y el submarinismo no es una excepción, si bien debemos poner todos los medios necesarios para minimizarlos y resolverlos.

    2-Realizar un análisis en profundidad de las circunstancias que han llevado al incidente
    Auque en todo incidente puede existir una cuestión de azar,la mayoria de veces hay uno o más errores vinculados al mismo.Poder analizarlos es importante , no solo para resolverlos y no volver a cometerlos, sinó tambien para adquirir seguridad en que, un buen control de los procesos, garantiza de forma razonable nuestra seguridad, y esta no depende de un azar siempre incontrolable.
    En el caso anterior, el incidente se produjo por una cadena de errores.El submarinista no abrió completamente la griferia.Primer error quizas vinculado a un exceso de confianza, acompañado de una mal chequeo preinmersión.
    A los 40 metros aproximadamente, el regulador dejó de dar aire suficiente , observando el buzo que en cada inspiración el manometro bajaba de forma radical.El buzo interpretó que no tenia aire en lugar de pensar como posibildad que la botella no estaba abierta del todo.Segundo error formativo en un concepto básico e importante , para un incidente más frecuente de lo que pueda parecer.
    Ante esta circunstancia, el submarinista indicó falta de aire al compañero que se encontraba a una distancia correcta ,utilzando su regulador auxiliar pero iniciando una ascenso descontrolado, solo frenado con grandes esfuerzos por su compañero pero que no evitó ascender 40 metros en aproximadamente un mínuto.Tercer error , el submarinista quizás sobrevaloró sus posibilidades para una inmersión de este tipo, no estando adecudamente preparado para la resolución de cualquier eventualidad, o quizas nunca pensó poder verse en dicha situación y no analizó convenientemente como abordarla.
    Quede claro que aunque se trata de una caso real que viví este verano , el analisis del caso es conceptual, y las causas atribuidas podrian ser otras , y requeririan una analisis individualizado en mayor profundidad.
    En cualquier caso un analisis racional de las causas del incidente , tanto en forma (que hemos hecho mal) como en fondo(que nos ha llevado a hacerlo mal/exceso de confianza, ansiedad, deficit formativo...) es esencial para la resolución y prevención futura , y la recuperación de la confianza en inmersión.

    3-Seguir el ritmo normal de buceo.
Tras un incidente , muchas veces el buzo se pregunta si debe bucear inmediatamente después para no perder la confianza , o debe dejar pasar un cierto tiempo.
    Desde luego va a depender de cada caso, pero si el incidente ha sido menor y sin consecuencias más allá del impacto emocional del suceso, la recomendación seria seguir el ritmo normal de inmersiones, es decir, si esa tarde teniamos previsto bucear , hacerlo , pero si teniamos previsto hacerlo la semana siguiente , no forzar el buceo, buscando enfrentarnos a la situación.Forzar el buceo puede ser contraproducente al incorporar una carga extra de ansiedad que se puede volver en contra.De la misma forma, alterar los planes previstos , puede ser negativo al envolver el incidente de una relevancia emocional negativa que pase de vincularse a la inmersión donde se produjo el problema , a vincularse al buceo en si mismo
    En cualquier caso es razonable , realizar las siguientes inmersiones en un contexto de seguridad ambiental y psicológica, aunque repito este último punto requiere de un abordaje individual , en base al analisis del impacto psicologico del incidente en la persona.

Reacciones individuales a la narcosis

Reacciones individuales a la narcosis


    Es conocido dentro del ámbito del submarinismo, el efecto narcótico del nitrogeno en el buzo, considerado además un efecto potencialmente perjudicial ,por las reacciones que puede desencadenar, o por las dificultades que puede crear en la resolución de potenciales problemas en inmersión.
    Sin embargo hay algunos factores que no están conveniente analizados; de entrada se da un valor estático al efecto narcótico a partir de 30 metros y considerando dicho valor como parte esencial, sin considerar con la profundidad que requiere,la interacción de otros elementos.
    Se considera que la narcosis se inicia a partir de 30 metros , y no siempre se valoran, las importantes diferencias individuales que se producen, tanto en un mismo buzo en diferentes situaciones , como en personas distintas, y no me refiero solo al efecto de tolerancia al nitrógeno descrito en el submarinista frecuente.Es obvio que si hablamos de la presión parcial de un gas la profundidad sea decisiva, pero a mi entender la explicación de determinadas reacciones y especialmente riesgos, no pueden entenderse sin considerar la intersección de otros factores.
    Aunque la teoria más aceptada es que el nitrogeno interfiere en la sinapsis neuronal, provocando determinados efectos como la disminución de la capacidad perceptiva , atencional y de razonamiento, el enlentencimiento de la reacción a estimulos, y otras cuestiones que implicarian , la suposición de que el nitrogeno , al igual que el alcohol, actúan como un depresor del sistema nervioso central (SNC), y de ahí la conceptualización de la narcosis como "Borrachera de las profundidades", algunas reacciones en contextos narcóticos , no quedan completamente explicadas, por esta cuestión.
    Dicho esto , he podido observar algunas circunstancias , que merecen ser analizadas .De entrada considero el impacto del nitrogeno en el organismo , llamese o provoque narcosis o no , como un proceso dinámico , que se incrementa o decrementa dependientemente de múltiples factores , y no solo la profundidad, sinó también las situación ambiental, la sensibilidad individual, e incluso los cambios que se producen dentro de una misma inmersión.En este sentido, cabria hablar más que de narcosis de "contexto potencialmente narcótico" incorporando otras variables además de la profundidad , y no dando por supuesto que dicho valor es relevante unicamente a partir de 30 metros pudiendo ocurrir que el impacto consecuente del nitrogeno en el SNC se produzca en unas ocasiones antes de de dicha profundidad, o después según determinadas circunstancias.
    Otro punto , para mi muy importante, es el hecho de que los comportamientos potencialmente de riesgo que se producen ante un "contexto potencialmente narcótico" no siempre son compatible con una efecto exclusivamente depresor del SNC, con lo cual probablemente deben estar implicados otros mecanismo neurofisiológicos.
    En cualquier caso, cuando se desarrolla un comportamiento en un contexto narcótico, generalmente dicho comportamiento viene influido en parte por el estado emocional y personalidad previa del buzo, que es favorecido por el efecto narcótico, y considero , no puede ser definido exclusivamente por la base fisiólogica de dicho efecto.
    Por lo tanto cabe considerar , que si bien si existen puntos en común , en lo referente a algunas alteraciones en las funciones del yo, y en las reacciones conductuales , en otra parte , que puede ser muy importante,dichas alteraciones y reacciones difieren de unas personas a otras.
    Es cierto que la narcosis puede provocar determinados comportamientos comunes , pero dichos comportamientos tembién vienen determinados por el estado emocional y la personalidad previa del buzo.
    Cabe decir que en algunas ocasiones el buzo puede tolerar en condiciones de inmesión normales , un contexto narcótico , es decir no siempre produce efectos necesariamente nocivos, incluso aunque deban resolverse situaciones de riesgo potencial o realizar tareas que requieran la atención del submarinista

    Reacciones potencialmente indeseables más habituales

    Sentimiento de relajación física y mental
    Puede llevar acompañado cierto relajo de la capacidad perceptiva y de raciocinio.Es quizas el efecto más conocido; en este caso el efecto narcótico produce efectos relativamente placenteros, circunstacia que puede conllevar que de una forma más o menos conciente o no controlada algunos buzos busquen activamente está sensación.Es frecuente en personas que comentan disfrutar de la profundidad en si misma y que en muchas ocasiones , niegan el efecto narcótico.Dicha negación puede formar parte de la necesidad de proteger la relación con un estado potencialmente placentero.
    Reacciones fóbicas
    En algunas ocasiones pueden desencadenarse reacciones fóbicas, a la oscuridad, espacios confinados, "Claustrofobia por Techo virtual", presencia de animales, o cualquier otro temor fóbico embrionario en la personalidad del buzo.
    Reacciones de ansiedad
    En una reacción fóbica siempre hay un componente de ansiedad ante determinada situación u objeto , la diferencia en este caso, es que la ansiedad es generalizada ,y no se vincula a ninguna circunstancia concreta .
    La potencial reacción es más dañina si cabe , ya que la tendencia de la persona es a efectuar una huida descontrolada, hacia superficie, mientras que en la reacción fóbica, si el buzo consigue "alejarse" del objeto que le provoca ansiedad esta puede disminuir
    Reacciones depresivas
    He podido observar algún tipo de reacción depresiva, aunque estas sean manos frecuentes.En concreto , fantasias de 2 tipos.Una en forma de temor acompañado de ansiedad de hundirse en la nada , cuando no existe visión del fondo, o bién el temor a la aparición de una "bestia" de las profundidades ; y otra más fácil de observar en forma de preocupación hacia seres querido especialmente los hijos con un intenso deseo de llanto.
    Reacciones ilusorias
    Aunque no he podido observar directamente ninguna , y considero pertenecen en parte al "mito" de la narcosis, se han descrito buzos que han tenido ilusiones especialmente auditivas o visuales.

    Todas las reacciones antes descritas , tienen que ver a mi entender con la personalidad previa del buzo y/o su estado emocional en ese momento.El impacto del nitrógeno en el SNC solo pone el contexto fisisológico adecuado para su expresión.